Este -para ellos- fundamental principio de los que componen su método, quizás tuviera sentido en la época de fundación de la masonería, atendiendo a la LÓGICA DE LA SITUACIÓN, que decía Popper.
Todos sus rituales, son simples escenas teatralizadas (con variantes en cada Obediencia); las más de las veces mal interpretadas, aún a pesar de que cada uno de los que intervienen en ésas ceremonias, tienen su guion para leerlo durante la misma. Bien es cierto, que en honor a la verdad debo decir, que asistí a una tenida en Portugal, en las que los miembros de aquella logia, conocían de memoria cuanto tenían que decir y cómo debían moverse, y no necesitaban llevar en las manos el papel con su guion, como ocurre en las tenidas de la masonería en España.
En nuestros días, carece de sentido, cómo es fácil deducir, si se analiza dicho principio, atendiendo también a la LÓGICA DE LA SITUACIÓN, de nuestra sociedad actual.
Aún así, insisten y, suena a kafkiano, en la obligación que tienen los masones, de conservar el secreto de los rituales y simbolismo de la masonería. Cuando me informaron de ello, no pude reprimir mi extrañeza, para a continuación contestarles que -después de cuanto había visto-, como ellos sabían, todos esos rituales y simbolismo están archipublicados. Ante mi interpelación, se encogieron de hombros y, me contestaron que "su obligación era informarme sobre ello".
Insisto, respecto a la masonería está TODO PUBLICADO: interpretaciones mas usuales de sus símbolos, signos, distintivos, funciones de los cargos en la logia, así como todos sus rituales, incluyendo las -teóricamente secretas- ceremonias de iniciación o exaltación a sus distintos grados. Todo está publicado en diccionarios y libros masónicos, que suelen tener en sus fondos todas las bibliotecas públicas. En esos libros y diccionarios, están explicados con gran lujo de detalles la totalidad de cuanto se puede hacer y decir en las logias.
Por ello, el tan cacareado conocimiento masónico, queda en agua de borrajas y, ésta es la auténtica entidad que tiene ése pseudoconocimiento.
Todos sus rituales, son simples escenas teatralizadas (con variantes en cada Obediencia); las más de las veces mal interpretadas, aún a pesar de que cada uno de los que intervienen en ésas ceremonias, tienen su guion para leerlo durante la misma. Bien es cierto, que en honor a la verdad debo decir, que asistí a una tenida en Portugal, en las que los miembros de aquella logia, conocían de memoria cuanto tenían que decir y cómo debían moverse, y no necesitaban llevar en las manos el papel con su guion, como ocurre en las tenidas de la masonería en España.
Esas escenas se convierten en esperpénticas y absurdas, cuando quienes las interpretan se equivocan al leer, o su tono de voz es disonante y plano; en esos momentos, cada uno de los asistentes se dedica a pensar en sus cosas, pues, contemplas la escena, como una mala versión de cualquier teatrillo de marionetas. Con perdón para quienes se dedican a tan honrosa y honesta profesión teatral.
Ya en 1876 D. Benito Pérez Galdós, en uno de sus magníficos Episodios Nacionales, que tituló "EL GRANDE ORIENTE", cuya lectura recomiendo, (lo tenéis a vuestra disposición en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes:
www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=18)
D. Benito se pronunció con su inigualable estilo, sobre la masonería y sus rituales. Entresaco algunos párrafos.
www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=18)
D. Benito se pronunció con su inigualable estilo, sobre la masonería y sus rituales. Entresaco algunos párrafos.
Las ceremonias masónicas, que sólo vagamente responden a una idea filosófica, parecen, por lo general, un juego de chiquillos, dicho sea con perdón de los VALEROSOS Y SOBERANOS PRINCIPES. (Denominación que utilizan los masones para el grado 18 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado).
Poco a poco nos vamos familiarizando con el fúnebre y medroso espectáculo, y echamos de ver que la CAMARA, lo mismo que su extraño mueblaje, tienen cierto sello de arrinconados cachivaches de teatro, dicho sea con perdón de las humanas calaveras.
Cuando se acordaba que el profano tenía bastante entendimiento para ser masón (y no debían de ser grandes las exigencias del tribunal).
Aquí venían las figuradas copas de sangre; los homicidios de mentirijilla; los testarazos que no pasaban de broma; los CALICES DE AMARGURA, cuyo licor ha sido siempre muy conocido en la Fuente del Berro; las abluciones en un pilón denominado MAR DE BRONCE, y otros sainetes, algunos de los cuales recibían el nombre de VIAJES, y lo eran, en efecto, por los imaginarios paises de Babia.
En seguida juraba el recipiendario, prometiendo realizar cosas muy buenas, para las cuales no es preciso seguramente hacer el payaso, pues multitud de personas socorren a sus hermanos en la Caverna de Mithra, vulgo Mundo, sin necesidad de que se lo mande un VENERABLE, ni de que le mareen con preguntas vanas, después de bailar el MINUETTO entre un CABALLERO KADOSCH (grado 30) y un PRINCIPE DEL LIBANO (grado 22). El juramento no era la última ceremonia, pues ningún profano podía dejar de serlo hasta que no le sobaban de lo lindo. Al golpe de los MALLETES, o sea martillos de palo, caía la venda de los ojos del neófito, y se encontraba rodeado de llamas y espadas.
Con esa lectura, he podido constatar- no sin sorpresa- que aún cuando la francmasonería está continuamente proclamando que es heredera de la Gran Tradición -no aclara cual-, los actuales rituales masónicos, son ahora más prosaicos y descafeinados que aquellos que relata D. Benito; quizás para no asustar demasiado a los actuales aspirantes a aprendiz masón.
A titulo de ejemplo, citaré las siguientes diferencias con la ceremonia de iniciación masónica, que se realiza en nuestros días:
Han sido suprimidas la "copa de sangre" así como el "homicidio de mentirijilla" en la iniciación del aprendiz masón, y también "las llamas"; y ahora las "abluciones" se hacen en un cubo de plástico.
Han sido suprimidas la "copa de sangre" así como el "homicidio de mentirijilla" en la iniciación del aprendiz masón, y también "las llamas"; y ahora las "abluciones" se hacen en un cubo de plástico.
Resumiendo, cuando los aprendices son teóricamente iniciados, ya conocen todos esos signos y símbolos, así como su papel en el ritual, por lo que dicha ceremonia, deberían denominarla de ADMISIÓN y no de iniciación.
A pesar de ello, la francmasonería pretende que tanto sus símbolos como los mitos y ritos que utilizan, tienen un valor "sagrado", que proporcionan conocimiento de sí mismo y del mundo, mediante la iniciación en cada uno de sus grados.
A pesar de ello, la francmasonería pretende que tanto sus símbolos como los mitos y ritos que utilizan, tienen un valor "sagrado", que proporcionan conocimiento de sí mismo y del mundo, mediante la iniciación en cada uno de sus grados.
Esos rituales que siguen practicando, tienen su origen en el esoterismo de la Antigüedad y de la Edad Media, y al mismo tiempo, sin el menor atisbo de bochorno, se declaran herederos de la Ilustración dieciochesca, incongruencia que representa una contradicción -otra más-, ya que la Ilustración del XVIII, precisamente combatió las creencias en mitos y leyendas, que obstruían el desarrollo del conocimiento científico y, por tanto el advenimiento de la razón.
De ahí que los fundamentos de la actual masonería, al pretender armonizar leyendas, mitos y sus propias invenciones esotéricas con la razón científica, se convierte en un magma muy fluido, que según la ocasión lo requiera, representa una cosa y la contraria.
Ese y no otro, es el motivo de la multiplicidad de obediencias y ritos masónicos, así como de las continuas escisiones dentro de las logias, ya que la permanente disparidad de criterios, es la única salida que encuentra.
Por todo ello, es posible decir que la masonería no posee ninguna sabiduría, ni su seguimiento infunde ningún conocimiento. Y lo que es aún mas triste, su metodología arcaica ya no tiene capacidad de motivar ni ayudar en -cómo dicen- "la construcción del ser humano". Y la evidencia es simple, como ya he comentado: en nuestros días, quienes se interesan por la masonería, son personas adultas, en su casi totalidad de edad madura; es decir, bien distintas de los niños de corta edad a los que educaban los gremios de constructores en la antigüedad.
Y para finalizar, transcribo algunas "perlas" de la metafísica y retórica masónicas, extraídas de escritos y libros de masones.
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La masonería ha insistido siempre en que su metodología iniciática tiene una formulación ritualistica y una liturgia que, aún no siendo religiosa en el sentido usual de término, responde a inquietudes humanas semejantes, dando lugar a análogas controversias.
La masonería ha insistido siempre en que su metodología iniciática tiene una formulación ritualistica y una liturgia que, aún no siendo religiosa en el sentido usual de término, responde a inquietudes humanas semejantes, dando lugar a análogas controversias.
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Por ello, todas las virtudes son reducibles a la Sabiduría. El sabio es aquel que "conoce" y "siente" el orden natural, y la virtud consiste, precisamente en la inserción dentro del Orden Cósmico.
Por ello, todas las virtudes son reducibles a la Sabiduría. El sabio es aquel que "conoce" y "siente" el orden natural, y la virtud consiste, precisamente en la inserción dentro del Orden Cósmico.
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La masonería se distingue de otras organizaciones por su carácter simbólico. Todo su sistema está basado en el simbolismo. Lo que es aún más significativo, ella contiene, en su simbolismo, el ritual de la divinidad.
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La simbología masónica, es la que está ahí latente en los arcanos de los rituales, a la espera de ser revelada a los iniciados, la que está tras cada una de las herramientas del Arte Real.
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La iniciación efectiva consiste en una toma de contacto estable con lo que llamamos Inteligencia cósmica, difícil de definir en términos "científicos y profanos, aunque los avances de la Física nos estén facilitando abundantes atributos de esa Esencia última en la medida en que seamos capaces de vincularlos con la enseñanza transmitida por la Gran Tradición.
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Decía Thomas Paine: "argumentar con una persona que ha renunciado a la lógica, es como dar medicinas a un hombre muerto".
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