jueves, 18 de noviembre de 2010

ANTIMASONERIA ...en la masonería

La principal y única ocupación de los masones (al menos de los que conocí), es la de pronunciar en sus logias o publicar en sus páginas web, todo tipo de discursos, de vocabulario metafísico y retórica hueca,  pretendidamente moralizantes, para “orientar” a sus adeptos y simpatizantes, sobre el comportamiento que es considerado justo en la masonería, al mismo tiempo que les advierten sobre lo que “no debe ser un masón”. Esos discursos, invariablemente, están relacionados -en muchos casos "por los pelos"- con su anacrónica y sincrética  simbología. 

Esa forma de proceder, está muy arraigada en la casi totalidad de los maestros masones, quienes  aprovechan cualquier ocasión, para “instruir” a "sus" aprendices, quizás porque es sumamente fácil aquello de “haz lo que yo diga y no lo que yo haga”.

En esos discursos, la masonería manifiesta también –subliminalmente, eso sí- que mediante su método y sus símbolos, proporciona a sus afiliados una visión definitiva del mundo.

Para ello, insta al “trabajo” simbólico en sus logias ó “centros de trabajo” que (según puede deducirse del escrito que transcribo a continuación) no son otra cosa que “centros inoperantes dedicados a la especulación estéril y a la negación sistemática de los valores básicos de los seres humanos". Al decir que insta al trabajo simbólico, debe entenderse que sólo acepta los manidos discursos sobre la piedra bruta, el mazo, el cincel, etc. etc., pues como pude constatar en la logia a la que pertenecí, no aceptan ninguna aportación que pueda afectar, aún mínimamente, al esquema de sus símbolos.

En aquella ocasión, intenté -sin éxito, claro- iniciar un diálogo sobre el transhumanismo, recientísima  -entonces- corriente filosófica, que busca el mejoramiento humano mediante la tecnología, que puede cambiar al ser humano, al modificar sus valores, sus conceptos y sus prácticas habituales. En fin, para qué me molesté, me miraron como un bicho raro y el "venerable" pasó a otro tema, sin dignarse hacer mención a mi propuesta.

Es decir, el método masónico exige y pretende (y en algunos casos consigue) que sus adeptos se amolden al modelo teórico que los “gurús” de cada logia, consideren oportuno para… sus intereses.

Baruch Spinoza decía, que es preciso atenerse a la realidad de las cosas y de los hombres; y que no se puede sustituir lo que hay por un ideal abstracto.

Estas son las mas suaves reflexiones que me ha provocado la lectura de una carta, -facilitada por un antiguo colega de obediencia (federación de logias, en su argot), que abandonó posteriormente a mí-  de la que me ha entregado una copia firmada; carta escrita por un ex maestro masón, sobre lo vivido en una nefasta logia, y en la que relata los hechos que condujeron a su forzada dimisión como venerable maestro electo (presidente, en argot masónico) de la logia a la que había pertenecido durante muchos años.

Dicho escrito, que en mi opinión se comenta por sí solo, describe fielmente qué es la masonería hoy, y aún cuando en su día viví varios ejemplos de qué era la antimasonería, en ninguno de ellos su descripción fue tan explícita como relata el mencionado escrito, que no olvidemos, son las reflexiones de una persona que llevaba muchos años perteneciendo a la masonería, y había ocupado altos cargos en su organigrama, y que por el sólo hecho de enfrentarse frontalmente (en defensa de sus principios) con quienes ostentaban el poder real en el grupo, fue denigrado y expulsado del mismo, con la aquiescencia de la mayoría de los "maestros masones", es decir, de sus pares en la logia.

                                             oooooooOooooooo

A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

LIBERTAD:.JUSTICIA:.PAZ:.

En los vv:. de xxxxxx 3-10-2005

QQ:.HH:.

Con mi más sincero agradecimiento, por permitirme que me dirija a vosotros en la presentación de esta mi última plancha, la cual me hubiera gustado, hacerla personalmente, pero como bien sabéis, las circunstancias me lo impiden.

En primer lugar, permitidme que me dirija al H:. xxxxxxxx

Q:.H:. imagino que tienes en tus manos, tal como es mi deseo, la plancha manual que he producido para ti, este atril, esta hecho desde el mes de Junio, pero lo había guardado, para entregártelo personalmente en nuestro Templo, como reconocimiento a tu veneratura durante los dos últimos cursos, y como ha sido costumbre en nuestra R:.L:..En ese atril, esta mi espíritu, el gran afecto , la lealtad y otros muchos sentimientos que he tenido hacia ti. Los astros no me han permitido hacerlo como me hubiera gustado y disfrutar de ese momento. El pergamino pequeño, memorízalo y lo guardas y sellas en su habitáculo para que el tiempo disponga de él a su antojo.

En la base derecha, si te fijas hay un pequeño símbolo, que tu sabrás interpretar adecuadamente, para mi simboliza el inicio de una gran amistad, basada en los sentimientos, si encuentras dificultad en interpretarlo, pregúntale, al ser que tu más quieres en este mundo, recuerda que los niños y los seres inocentes, poseen la solución de grandes misterios.

Como dice la letra de un tango famoso,

Cuando necesites ayuda, o un consejo,
Acuérdate de este amigo,
Que ha de jugarse el pellejo
Cuando llegue la ocasión
Sin dudas, preguntas ni condiciones.

A vosotros hasta ahora mis hermanos, quiero deciros, que cuando me inicié, hace ya doce años en los vv:. de Barcelona, hice mi testamento filosófico, el cual fue un acto de Fe, puesto que desconocía casi todo sobre la Francmasonería, sobre todo sus Reglamentos, pero si sabia sus SIETE PRINCIPIOS, ellos, son los que me indujeron, a pertenecer a la Or:.Mas:.

La tolerancia mutua,,el respeto a los demás , de uno mismo y la más absoluta libertad de conciencia.

Tiene como divisa La Libertad, Igualdad y La Fraternidad

Rechaza cualquier afirmación dogmática.

Es deber de todo francmasón, en TODO momento, ayudar, ilustrar y proteger a sus hermanos y defenderles contra cualquier INJUSTICIA,

La Mas:. Honra por igual el trabajo manual como el intelectual,

La soberanía se ejerce a través del sufragio universal

En las reuniones masónicas todos son iguales.

Y reconoce a cada francmasón la más absoluta LIBERTAD de pensamiento y de conciencia.

Hoy QQ..HH:. es mi deseo haceros mi TESTAMENTO como punto y final de mi vida Masónica, pero este, está basado en la RAZÓN y en mi VERDAD.
Creo que os debo una explicación, sobre los motivos, que me han inducido a tomar tan importante decisión, y no encuentro otra alternativa que deciros mi verdad, y explicaros una serie de acontecimientos ocurridos precisamente durante nuestro periodo de descanso estival. (¿)

A finales del mes de Junio, se me hizo llegar e través de Internet un escrito confidencial , en el cual se decía que solo eran conocedores del mismo todos los MM:. de nuestra R:.L:.en el cual había un estudio o informe sobre la Orden xxxxxx, al final del mismo se concluía que la pertenencia a esta Orden era incompatible con la pertenencia a la G:.L:xxxxx:..y se me recomendaba a que me diese de baje de dicha Organización , antes de que diera comienzo nuestro curso o en caso contrario me diera de baja de nuestra Orden y solicitase mi Plancha de Quite.

Dicho escrito me fue enviado por nuestro pasado V:.M:. y no ponía ni su procedencia ni su autor ni quien lo autorizaba, por lo cual tuve que suponerlo. Posteriormente se me informo que este informe había sido realizado por nuestro pasado S:.G:.M:. xxxxxxx, como asesor jurídico del G:.Or:. y que este había dado su visto y bueno, para que se procediese en consecuencia. El H:.xxxxxxxx , me llamo posteriormente y me comento que este informe era solo a nivel informativo y que el texto final había sido un error el habérmelo enviado y en consecuencia no lo tomase en consideración. De lo cual se deduce que el era conocedor de todos sus términos, su procedencia y autoría.
Posteriormente se me cito, por  S:.G:.M:. en su domicilio particular para el día seis de Julio.
En esa reunión de carácter oficial, según se me dijo y se me explico todos los términos de dicho comunicado, reunión muy tensa donde yo planteé mi total desacuerdo de una forma apasionada pero en todo momento correcta como es de suponer. En dicha reunión independientemente de la Orden xxxxxx se me indica que he de modificar el cuadro de oficiales de la Logia puesto que esta un contra de nuestros estatutos, y si no es asi no se procederá a mi Instalación como V:.M:.
Y con respecto a mi pertenencia a la Orden xxxxxx me tengo que acoger a los términos del escrito o se me dará de baja automáticamente como Gran Oficial, de Gran Consejero y se me incoara un proceso de Irradiación, con lo cual como primera medida se me dará de baja en la Logia durante seis meses tal como mandan nuestros Reglamentos.

Se me da un plazo de aproximadamente unos quince días para dar un respuesta
Igualmente se me ordena que como V:.M:. electo comunique estos mismos términos al H:. xxxxxxxx. Los argumentos que se me exponen los rechazo totalmente, entiendo que se han inculcado totalmente nuestros Reglamentos que son muy claros en cuanto al procedimiento a seguir en casos como el que nos ocupa.
El informe es unilateral y no esta contrastado con la otra parte, no se contempla la presunción de inocencia ,no se ha consultado ni constituido la Cámara de Justicia de nuestra R:.L:. y varios de los MM:. como el H..xxxxxxxxx y el H:.xxxxxxxxx no tenían conocimiento de lo que se estaba haciendo. Tampoco me consta que lo supieran ni los grandes Consejeros ni la R:.L:. xxxxxxxxxx de la cual soy G:.C:. por lo cual debo de suponer que solo han tenido parte en este asunto la Hª xxxxxxxx.y los HH:.xxxxxxxxxx , xxxxxxxxx y xxxxxxxx en parte así como el G:.Or:.

Mi decisión ya la conocéis, he cumplido fielmente con mis obligaciones masónicas y con el requerimiento que se me hizo, y de acuerdo con mis principios éticos y morales. Y me explico :
La decisión con respecto al Q:.H:. xxxxxxxxx , no la encuentro justa , quien de vosotros, no ha disfrutado de la hospitalidad de xxxxxxxx, quien de vosotros tiene la más mínima duda de su concepto de la fraternidad, de su entrega y dedicación a nuestra R:.L:., de su respeto a los rituales, de su apasionamiento en defensa de los seres más desfavorídos, de los animales , de la naturaleza, de su respeto de la Ley, de los principios de honor, de la ley y de la Justicia, de su humildad en sus labores de Aprendiz, quien de vosotros no recuerda sus emotivas planchas llenas de sabiduría y de sentimiento, quien no lo ha visto emocionarse de una forma conmovedora en ciertos momentos, quien puede dudar y ni siquiera pensar que un ser tan humano como xxxxxxxxx puede un dirigente de una Organización que supuestamente atente contra los Derechos Humanos, promueva la violencia, el odio, la discriminación racial, religiosa, de origen, clase social, étnica, sexo etc. o predique o consienta abiertamente o probablemente una ideología que favorezca estos atentados que son los SUPUESTOS, que hacen incompatible cualquier institución con los principios de la G:.L:.xxxx. Y lo mismo que argumento para nuestro H:.xxxxxxxx lo hago para mi.

 Se me argumento ,que la decisión era por prevención, puesto que la pertenencia a dicha Orden ,PODRIA afectar a la buena imagen de la G:.L:.xxxxx.( esto me suena a las guerras preventivas, tan de moda en el mundo profano)
Pues bien QQ:.HH:. siendo fiel al TERCER principio masónico donde se dice claramente “ Que todo Francmasón tiene el deber, en todo momento de ayudar, ilustrar, a un H:. Y de defenderlo contra cualquier Injusticia, es por lo que no puedo aceptar ni acepto la alternativa que se me propuso, por respeto a mis propios principios y sobre todo en defensa de mi propia LIBERTAD individual, que es para mi incuestionable y sagrada.
QQ:.HH:. la LEY, es el escudo de la JUSTICIA, detrás del cual se parapetan algunos seres cobardes.
Este mundo loco e injusto, esta lleno leyes, reglamentos, constituciones, estatutos, normas, etc, que la mayoría de las veces están redactados para coartar libertades de los seres humanos y separarlos, defendiendo privilegios e intereses perversos, leyes liberales, conservadoras, militares, regulares e irregulares, religiosas o laicas, políticas y económicas , pues bien, HH:. a mi dadme PRINCIPIOS, y no tantas leyes, en nuestra Obediencia, hay solo SIETE principios y ciento cincuenta y seis, artículos reglamentarios, de los cuales veinte y nueve, se refieren a la Justicia Masónica, ( todo atado y bien atado ) cuando un hermano presuntamente no cumple con estos Reglamentos se le separa preventivamente como a un posible enemigo se le coarta, su libertad de expresión y de comunicación con sus HH:. yo me pregunto “donde están los principios de la Justicia “, ha, pero ya sabemos, que estamos hablando de Justicia Masónica.
Es mi deseo, en este momento si me lo permitid , recordar a algunos HH:. que han dejado en mi, un sentimiento de gratitud y de reconocimiento, como son:
El H:. xxxxxxxxx, que me explicó de una forma magistral los Principios Masónicos, el me inició, el 25-10-1993 en la R:.L:. xxxxxxxxxxxxxxx en los vv:. de Barcelona
La Hª xxxxxxxxx que me aplomó y me dejó un perenne recuerdo por su sabiduría y humanidad.
El H:. xxxxxxxxxxx, por su dulzura, bondad y sencillez.
El H:.xxxxxxxxxx por su gran sabiduría serenidad y rectitud.
El H:: xxxxxxxxxxx, el mejor francmasón que he conocido, no cabe en un ser humano mayor Humanidad y virtudes.
El H:. xxxxxxxxxx, un ser excepcional.
El H:. xxxxxxxxxxx que me inició en el estudio de la cábala
El H:. xxxxxxxxxxx que me descubrió la personalidad y el pensamiento de Ramon Llull
Y como no al los HH:. Xxxxxxx y xxxxxxxx, a los cuales agradezco su hospitalidad, trato y enseñanzas,
A los HH:. xxxxxxxxxxx, xxxxxxxxxx, xxxxxxxxx y xxxxxxxxx, les pido públicamente disculpas, por si se han sentido traicionados por mí, en aquellos momentos primó el interés de nuestra L:.xxxxxxxxx, y de su continuidad así como mi compromiso y juramento de lealtad hacia nuestra xxxxxxxx,
QQ:.HH:. gracias a esas decisiones y a los HH:. xxxxxxxxxx y xxxxxxxx hoy podéis estar disfrutando del trabajo masónico en este Templo que tanto esfuerzo requiso.
xxxxxxxxxxx y xxxxxxxxxx, a vosotros os concedo el honor, de ser los causantes de que mis queridas esposa e hija hayan podido ver llorar desconsoladamente a se esposo y padre, por primera vez en su vida.
xxxxxxxxxxx, me acuerdo que durante un ágape posterior a una tenida, hablando sobre un tema que no recuerdo muy bien, te comente que yo prefería ser un “buen hombre” y tu contestaste, bueno, bueno, habría que definir que lo que entendemos por “buen Hombre” y yo te digo que La Bondad como el Amor no necesita definiciones filosóficas de las que tu eres tan aficionado o se ES o no se ES.
Hoy repudio en esta R:.L:.los abrazos y besos fraternales que se me han dado por algunos HH:. que como falsos Judas, los cuales me ofrecieron su colaboración, ayuda y amor mientras me estaban traicionando poniéndome un caperucho y un san Benito haciéndome un vil juicio inquisitorial en secreto con nocturnidad y alevosía.
Allá con sus conciencias,. Por sus hechos los conoceréis.

A todos os deseo Paz y Salud.

Yo me bajo de este tranvía, me equivoque cuando lo cogí, pensaba que iba hacia el Sur e iba hacia el Norte

Solo deseo la soledad, el estudio y el trabajo. Me retiro a mi caverna como un humilde anacoreta, le pondré un mango nuevo a mi mazo puesto que ya esta desgastado y afilare mi cincel puesto que ya está romo, de tanto picar mi piedra casi me quedo sin ella.
Hago loas a la LIBERTAD, LA JUSTICIA y AL PAZ y termino con aquella frase que supuestamente dijo un famoso sabio
“ EPPUR SI MUOVE “


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En aquellos momentos, el artº 1º de los siete que componen/componían los Principios Generales de la Constitución de la Gran Logia, en cuyo seno ocurrieron los hechos que enumera la anterior carta, decía:

" Tiene como principios la tolerancia mutua, el respeto de los demás y de uno mismo, y la absoluta libertad de conciencia".

Obviamente los gurús de la Logia, ante una situación que preveían (infundadamente ) adversa para sus mezquinos e irrisorios intereses de autoridad, prefirieron pasarse por el arco del triunfo el principio citado.
Bonita manera de aplicar el respeto al Otro, la libertad de conciencia y demás milongas masónicas. Fraternos...sí, los masones de esa logia son muy fraternos.

  


Y también podéis constatar la displicencia intelectualoide con que se expresa el gurú de la logia: "bueno, bueno...".

En la carta se hace evidente que ha existido, quizás por estar imbuidos sus destinatarios de la totalitaria metafísica masónica, una total falta de respeto al Otro, del que conscientemente se han ignorado sus derechos, con el objetivo premeditado de provocar conflictos que sirvieran a sus no ocultos deseos de controlar en todo momento al grupo, control que con las decisiones tomadas por el dimisionario forzado, se les escapaba.

Erich Fromm en su ETICA Y PSICOANALISIS, dice: "No hagas a los otros lo que no quieras que te hagan a ti".

Esa reflexión tan breve, encierra el principio básico de la ética y, al parecer los masones la conocen, pues, entre ellos es recurrente decir: Lo que tu haces, te hace. Más breve aún...pero ni por esas, pues, sólo la utilizan en sus soflamas a los aprendices, pero de cumplirla, "nanay de la China", que decía el otro.

Volviendo al control que ejercen; una vez aflorado el conflicto -creado por ellos-les es sumamente fácil ejercitarlo, dada la organización estamental de la masonería, ya que son los maestros -y no todos- los únicos “legitimados para resolver” los conflictos que surgen, pues, el resto del grupo, es decir, algunos maestros, aprendices y compañeros no pueden decir ni “esta boca es mía”.

Con esa praxis, obviamente en todos los casos se laminan las diferencias, evocando para ello, “la maestría y la tradición".

Lo lamentable, es que esas y parecidas actuaciones, -que son las del día a día de la masonería-, no concuerdan con sus proclamas cuando dicen, en sus páginas web:

La Francmasonería es una orden iniciática, tradicional, simbólica y universal, fundada sobre la fraternidad.

La Francmasonería declara la existencia de un principio creador bajo el nombre de "Gran Arquitecto del Universo", si bien deja a cada Hermano que interprete para sí ese principio creador.

La Francmasonería tiene como fin el perfeccionamiento de la Humanidad. A este efecto, los Masones trabajan por la mejora constante de la condición humana, y de toda la sociedad, tanto en el plano espiritual, como en el material e intelectual.

Busca la Francmasonería la conciliación entre posturas contrarias, y desea unir a los Hombres en la práctica de una moral universal y en el respeto a la personalidad de cada individuo.
Mi capacidad de asombro ante tanta mendacidad está colmada, por lo que sólo se me ocurre un adjetivo para calificar esa praxis: PERNICIOSA.






jueves, 27 de mayo de 2010

MASONERIA Y METAFISICA.


Mi tesis es simple y breve: MASONERÍA Y METAFISICA son términos equivalentes, pues la primera no existiría sin la segunda, opinión que baso en las reflexiones que siguen:

A cualquiera de nosotros le resulta fácil imaginarse a los seres humanos prehistóricos, asombrados ante los meteoros atmosféricos,  y la sucesión de las estaciones climatológicas, con su renovación de plantas y animales, sucesos y patrones repetidos, que les ayudaban a planificar la caza y la recolección de los alimentos vegetales vitales para sus subsistencia, además de lo sorprendente que serían para ellos, tanto los nacimientos como la muerte, así como el miedo que experimentarían (no muy diferente al nuestro) al presenciar y sufrir los cataclismos de aquella naturaleza tan convulsa.

Para ellos, todo formaría parte de los misterios, por lo que no es difícil deducir, que se plantearían preguntas, cuyas respuestas -obviamente- no estarían aún a su alcance, por lo que "inventaban" aquellas que más y mejor les tranquilizaran ante tanto desasosiego; ahí nacieron los mitos, que han continuado "inventándose" y utilizando durante miles de años, hasta el advenimiento de la Ciencia, y esos mitos dieron lugar a las religiones.

Alguien ha escrito que: Los dioses se hacen, no nacen. 

De ahí que  desde los albores de la humanidad hasta el inicio de la era científica, es evidente -y comprensible- que la metafísica cumplió un papel necesario, dado que era  el único vehículo que el ser humano poseía, para transitar por sus incógnitas.

Me refiero a la Metafísica con mayúscula, es decir, la que intenta conocer el Universo y sentir "emoción cósmica", obviamente muy lejos de la metafísica sin base de los visionarios.

Pues bien, algo tan evidente no lo tiene en cuenta la masonería, que aún en nuestros días, se ha inventado y desarrolla mitos,  para convencerse a si misma y convencer a los demás, que son un grupo especial. A cualquier observador neutral ese proceder no puede por menos que resultarle anacrónico.

Sin embargo, en los albores del siglo XXI,  continuar postulando la metafísica  como necesaria para alcanzar el conocimiento, es además de un arcaísmo, nadar contra la corriente de nuestro aquí y ahora, o en román paladino, una mandanga.

La metafísica se diferencia de la ciencia, en que ésta es revisable y falsable y, aquella no. Karl Popper. Y sin recordar quien es su autor, he leído en algún sitio, que la metafísica es magia revestida de ciencia.

Y no olvidemos que la principal premisa del Circulo de Viena -creadores del positivismo lógico- fue que lo que no es verificable empíricamente no tiene sentido. Obviamente la antítesis de esa premisa, es la especulación metafísica en la que "reina" la masonería, ya que con ella nada puede ser probado.

Estas son mis creencias a las que he aludido en anteriores reflexiones en este blog.

Pues bien, al leer los “ensayos” (planchas masónicas en su argot) de la anterior entrada, me percaté que en ellos ésa metafísica se mostraba sin recato alguno en todo su esplendor; eso sí, revestida con los ropajes del discurso científico:

“Lo que voy a intentar argumentar esta tarde”. Debería añadir: utilizando significados flotantes. Pues es claro que en el “ensayo” no aparecen otros argumentos más que los metafísicos.

“…que ofrece (la masonería) unas herramientas conceptuales”.  Niego (al igual que podría atestiguarlo un observador neutral)   que sus símbolos puedan ser considerados conceptos, ni desde luego los psicodramas  a los que denominan ritos, ya que ambos -símbolos y ritos- son utilizados en la masonería, mediante términos ambiguos que relativizan sus discursos.

Decía, que esos ropajes no logran ocultar la multitud de términos ambiguos, que remiten a la “totalidad” de una manera difusa y vaga, método claramente anticientífico. Algunos de esos términos son: espíritu, hombre, ser, conciencia, realidad, sentido del ser, esencia, ideas, etc.

Por ello, me interesa destacar que en los citados "ensayos", ése intento de ocultamiento de  lo que no son otra cosa, que  discursos  metafísicos repletos de retórica hueca, es el motivo que me impulsa a bosquejar estas pinceladas, para expresar mi opinión sobre los mismos.

Es decir, sus autores no utilizan conceptos, usan significados flotantes con los que pueden trasgredir cualquier límite epistemológico; pues con ellos, es sumamente fácil ofrecer una explicación de las cosas –todas- según les convenga, ya que los repetidos términos, no aluden a referentes precisos, con lo cual pueden salvar sin dificultad las lagunas del conocimiento humano y, arrimando el ascua a su sardina, llegar a todo tipo de “conclusiones”, meta del discurso metafísico masónico, como los que comento.

La teoría de la tierra plana y la astrología, también pretendían explicar hechos, al igual que pretende hacerlo el autor del pseudoensayo citado; sin embargo, sus explicaciones son tan inútiles como las teorías mencionadas.

Wittegenstein en el prefacio a su Tractatus, escribe: Todo cuanto puede decirse se puede decir con claridad; y sobre aquello de lo que no se puede hablar, hay que guardar silencio.

Por otra parte, los problemas –como evidenciaré más adelante- que tratan esos “ensayos”, son de índole rigurosamente metafísica, por cuanto son completamente insolubles, ya que no tiene sentido todo aquello que no es comprensible a nivel de la razón humana, aún cuando sus autores se encuentren como pez en el agua, disertando sobre ellos y provocando debates estériles, como los que quizás habrán generado en sus logias, cuando fueran presentados los “ensayos” mencionados; debates que nunca les conducen a ninguna solución, dado que las proposiciones que contienen esos términos, en realidad no son proposiciones, son pseudoproposiciones, es decir combinaciones de vocablos carentes de sentido, o lo que es igual, metafísica masónica con la que pontifican sobre “lo divino y lo humano”. Desde luego, con ínfulas epistemológicas, aún cuando no contengan ningún dato  empírico.

Citando de nuevo a Wittgenstein: “Las proposiciones metafísica son una sarta de sinsentidos, pretenden decir lo que no pueden decir.

Es necesario reflejar, que uno de los autores (en el “ensayo” más extenso) asume explícitamente que la masonería ocupa su tiempo en esos estériles debates, cuando dice: “Compromiso por cuanto que la masonería no es un simple laboratorio de especulación…”, “explicatio non petita", etc., etc.

Evidencia palpable de la obsolescencia de la masonería, que continúa anclada en los inicios de la filosofía, cuando creían que todo lo conocible podía descubrirse reflexionando en solitario o en compañía, de ahí que todos los planteamientos de la masonería se basen en la era pre-científica, aún cuando la física nos haya demostrado -tiempo ha-  la imposibilidad de comprender nada por la vía del pensamiento especulativo.

Es decir,  con el uso -y abuso- de ése lenguaje pleno de significados flotantes, el autor proclama explícitamente que la masonería se atribuye un conocimiento, que realmente no posee,   cuando escribe:

“Todos los elementos simbólicos de nuestro método masónico, conducen a ese fin, nos muestran el camino, nos dosifican el esfuerzo, nos gradúan los obstáculos”.

“…1) dar sentido a la vida, 2) adueñarnos de nuestra originalidad y 3) resolver el tema de la Muerte.

Está meridianamente claro, que pretender deducir la realidad mediante la realización de sus propios valores es una falacia moralista.

Por otra parte, esa pretensión de  "dar sentido a la vida" es la evidencia palpable de la mentalidad religiosa que subyace en la masonería, ya que aún cuando la disfrazan con sus invenciones simbólicas, todos sabemos que hacer esa pregunta -sin contestarla explícitamente-, remite a lo sobrenatural, ya que defiende que la vida debe tener sentido.

Deberían ser honestos y asumir las implicaciones de aquello que defienden.

A pesar de su rotunda afirmación, no pueden –o no deberían- pretender una relación causal entre sus símbolos y ritos, y lo que ofrecen conseguir con ellos, es decir, ése “conocimiento de la arquitectura íntima del ser humano”, y lo cierto es que tampoco pueden acreditar empíricamente, que lo han conseguido, pues, ninguna actividad metafísica que se separe de la ciencia, puede conducir a resultados válidos, “No se puede decir nada de la nada”.

Continuando con las pinceladas, entresaco sólo unas pocas frases del citado “ensayo” más extenso, con el objeto de evidenciar que se trata, sin lugar a dudas, de un discurso metafísico, pues, pontifica sin dejar ningún resquicio a la duda,  sobre el viejo problema del fundamento y las posibilidades del ser y/o del conocer. ¡Es osado el autor!.

 
“El ser humano, es un-ser-en-el-mundo.

“…en la provocación de este encuentro con sí mismo, con su ser…”.

“…para pensar adecuadamente acerca de nuestra esencia y nuestro ser…”.

“…vuelta a la casa donde el Hombre esencial se encuentra con su ser”.


Ya David Hume en el siglo XVIII, estudió la falacia naturalista (que es la que emplea el autor de tan "profundas reflexiones") que la origina el desconocimiento de lo que significa la diferencia entre "ser" y el "deber ser", es decir que algo debe ser de una determinada manera, porque así lo entiende alguien.
Y ya en el apogeo del “ensayo” ¡por fin!,  no tiene empacho en transmitirnos el “conocimiento” que posee la masonería y, ahí el discurso se convierte en metafísica fuerte, pues, trata descaradamente de utilizar el modelo de discurso científico, al aludir a temas que sólo podrán ser conocidos a través de la Ciencia.

“…una pedagogía que le es propia y que denota un gran conocimiento de la naturaleza y la psicología humana”.

Este discurso es la evidencia palpable sobre la falacia de la masonería (o al menos del autor), que emplea su tiempo en exponer "su conocimiento masónico"; sin aportar pruebas sobre si ése conocimiento ha sido probado experimentalmente y por tanto si tiene sentido; es decir, sólo es un claro ejemplo de que hacen pseudociencia.

Según Richard Feynman, la prueba de todo conocimiento es el experimento; el experimento es el único juez de la "verdad".

“Por eso la estrategia que emplea la Masonería, en un primer tramo de su recorrido, para alcanzar su objetivo es centrar su atención en el conocimiento de la arquitectura íntima del ser humano”.

El autor obvia ¿o desconoce? la necesidad de considerar los factores sociales, así como la modificación del ambiente del entorno humano por la creación de nuevas formas sociales, es decir la dinámica del cambio social, ya que es otra obviedad que los hombres son los autores de la historia, y que determinados cambios en la estructura económica repercuten en la conciencia y en la conducta humana.
¡Sorpresa!. Después de leer esos párrafos, mi asombro no tiene límite; hasta ése instante, desconocía que la masonería con sólo sus especulaciones metafísicas, hubiera realizado tan enormes avances “científicos”, mientras que la Ciencia –a pesar de su constante investigación empírica- lleva empleados 3.000 años en tratar de entender el mundo en el que vivimos y aún no se ha acercado al conocimiento profundo de la vida humana. De ahí mi sorpresa, pues, según el autor la masonería ya posee ése conocimiento.
Esa rotunda afirmación de poseer un conocimiento exclusivo, exige ineludiblemente las pertinentes pruebas; dado que  el comunicante no las aporta, es lícito pensar que falta a la verdad, es decir, en "román paladino": no es más que un embaucador de mentes acríticas.

Hasta ahora, estaba convencido que sólo la biología genética estudiaba la estructura profunda de la vida, cómo también lo hacen la psicología social y la neurobiología, con aportaciones asimismo de la antropología cultural, la sociobiología y la primatología, ciencias que se ocupan de la vida social y la cultura, y que tratan -mediante el método científico- de conocer los elementos que componen esa estructura, y cómo interactúan entre sí esos elementos.

Ciencias que han sido agrupadas en la más reciente de ellas: la PSICONEUROINMUNOBIOLOGIA, que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mente y la fisiología del ser humano.

De ahí que toda esa palabrería que emplea la masonería, para decir sin empacho que "conoce la arquitectura íntima del ser humano", no sean más que paparruchas de iletrados.

No obstante, felicito a la masonería, por haberse adelantado a todas esas ciencias y conocer ya la "arquitectura íntima del ser humano", y quedo a la espera de la publicación de la correspondiente comunicación científica.

Es inconcebible tanta desfachatez, que además encierra una cierta dosis de peligrosidad, ya que aquellos que lean acríticamente ése ensayo, pueden dar verosimilitud a tamaño despropósito sobre  que la masonería posee ese conocimiento, que con tanto descaro, -no exento de ignorancia, debido a su "monocultivo" intelectual- proclaman.
Ese monocultivo mediante la retórica hueca de la metafísica masónica, quizás les impide percatarse que después de  Nietzsche, la filosofía ha renunciado a la búsqueda del ser, del fundamento y de la verdad, es decir que -desde entonces- entramos en el pensamiento postmetafísico.

Otro monumento a la metafísica masónica del autor, es su referencia a la exégesis y hermenéusis. 
 
También en mi ignorancia, hasta ahora creía que la exégesis sólo se realizaba con los libros sagrados de todas las religiones (¡ay! ése subconsciente que anhela convertir "de derecho" al masonismo en otra religión); sin embargo, el autor nos dice que en el masonismo también se practica “la exégesis hermenéutica de la vía iniciática persigue el mismo fin: el desvelamiento de lo que hay de sagrado…en nosotros…"; asimismo, cuando habla de la HERMENEUSIS VIVIDA, debería aplicarse el cuento y determinar mediante ella , el significado exacto de las palabras con las cuales ha expresado sus pensamientos, pues, como él conocerá, ésa es la misión de la hermenéusis y, no la que él le adjudica metafísicamente.

Y como traca final, en el último párrafo del “ensayo” se destapa el pseudosociólogo, profetizando sobre futuros procesos históricos y políticos, proponiendo la unidad a costa de la diversidad; anulando así las diferencias.

A quienes como el autor de tan "sesudo" estudio, pretenden haber descubierto con la masonería, la fórmula de la sociedad perfecta, los desautoriza explícitamente Karl Popper, quién tiene escrito que es impredecible la evolución social e histórica. Leer y estudiar a tan insigne filósofo, es una buena idea para dejar de creer a estos "sesudos" engañabobos, que prometen el paraíso en la Tierra, eso sí, siempre que sigas sus doctrinas. Otros lo prometen en otra vida... tal para cual.

En nuestros días, el reto al que se enfrenta la capacidad de predicción, -según distintos científicos de talla mundial- pasa por integrar con éxito la filosofía y las ciencias sociales y conductuales, junto con las ciencias físicas y la ingeniería. Todo lo demás (como la filosofía que  emplea el "erudito autor de la plancha", que sólo llega a metafísica) son pamplinas de iletrados.

Obviamente, la unidad que preconiza la disfraza de utopía, estrategia muy querida en la masonería, pues, ¿Quién podrá verificarla .?

Al proponer esa unidad a costa de la diversidad, está anulando explícitamente las diferencias personales  en aras de su unidad ideal, y está haciendo patente su anhelo de totalitarismo, de tan desagradable memoria.

Y volviendo a Karl Popper, en su libro "La miseria del historicismo" dice: Para los totalitarios, la única manera de reformar la sociedad es hacerlo de arriba a abajo, limpiando la pizarra de instituciones tradicionales, creando un hombre nuevo que abandone el individualismo y egoísmo de la sociedad abierta. Sabemos por experiencia a donde conducen  tales experimentos".

No entiendo –asumo los límites de mi comprensión- ése denodado esfuerzo por proclamar teorías y utopías cuasi soteriológicas, relativas a la historia futura, si se es consciente ¿lo son ellos? de los límites –también en ésta disciplina- del conocimiento de los seres humanos; al menos así lo manifiestan reputados filósofos cuando escriben “que no se puede afirmar nada de modo absoluto con respecto al curso de la historia, hasta que no se hayan descubierto las leyes de su desarrollo".

Más le valdría vivir el presente, utilizando la racionalidad que poseemos todos los seres humanos, y dejar de auto engañarse a sí mismo y a los demás.

¿Quizás proclaman esas teorías de unidad utópica, para adueñarse de la realidad construyéndola a su capricho, para que moldeando al individuo éste encaje en esa “sociedad ideal” y acepte su doctrina masónica?.

Es evidente que al autor comparte con los intelectuales decimonónicos el utopismo, con que se manifestaban aquellos, al dar por realizable cualquier situación imaginable, quizás por estar anclado emocionalmente en aquella época de especulaciones metafísicas y opiniones arbitrarias.

Resumiendo; es un discurso sin sentido epistemológico, pues, ¿Qué nos dice?, ¿Qué información nos proporciona?, ¿Cuáles son las conclusiones a las que llega?. En mi opinión, NADA y NINGUNAS. Es sólo una milonga masónica.

Es decir, todo el discurso es sólo especulación metafísica, pretendiendo ser un saber de hechos, pero de hechos que por su naturaleza están más allá del ámbito de la experiencia, “más allá de la cual, no hay conocimiento auténtico”, según Hume y; "más allá de la experiencia sensible no hay lenguaje significativo, no hay palabras a las que se pueda asignar un significado”.

A mayor abundamiento, en una ocasión, el físico Robert W. Wood, en respuesta a una pregunta dijo: La diferencia entre física y metafísica, no es que los practicantes de una sean más inteligentes que los de la otra. La diferencia es que la metafísica no tiene laboratorio.





Por otra parte,  evidencian que no han leído la Autobiografía de Charles Darwin, cuando dice: "Creyendo como yo lo hago que el hombre será , en un futuro lejano, una criatura mucho más perfecta de lo que es ahora, resulta intolerable la idea de que él y otros seres sensibles están condenados a una completa aniquilación al cabo de un progreso lento y continuado".
Mucho después, los físicos ratificaron que todas las formas de vida, no importa lo avanzadas que estén, perecerán cuando el propio Universo muera. 

Muerte que -según esos cosmólogos- se  producirá por congelación.

Y a la luz de dichas certezas -que nos proporciona la ciencia-,  pregunto ¿Qué objeto tiene la metafísica rudimentaria de estos y otros  charlatanes?.

La falacia de esos “ensayos”, es la usual en cualquier escrito metafísico: solo pueden tener interés para los autores y sus adláteres, ya que aquellos no pueden pretender –o no debieran-, que sus lectores u oyentes imparciales, participen del significado que ellos adjudican –el que fuere- a los significados flotantes que emplean.

Es decir, más que “teóricos del conocimiento masónico”, solo son aficionados a la metafísica, ya que mediante ella intentan expresar su actitud emocional ante la vida, teorizando sobre el mundo en el que se han anclado, tratando de expresar sueños y deseos de ése mundo.

Obviamente, ésa actitud emocional, la expresan los poetas con más belleza y más estilo que estos masones, empeñados en construir discursos disfrazados de científicos, con los que intentan ocultar su especialidad…la de ellos: metafísica pura y dura de expertos  charlatanes y similares.

En resumen:

La Ciencia sirve para comprender las cosas, es decir, nuestra realidad.

La metafísica para especular.

La Ciencia trabaja con teorías, que al ser verificadas se convierten en paradigmas, hasta que otra teoría las refuta.

La metafísica trabaja con la ignorancia y el misterio, lo que conduce a una especie de cogorza conceptual que distorsiona la realidad.

Es decir, el objetivo de la Ciencia es establecer leyes, regularidades, exactitud y certeza y para ello los científicos -hasta ahora- han empleado 3.000 años para tratar de entender el mundo en que vivimos.

El objetivo de la metafísica masónica, es oscurecer las mentes, ya que no puede explicar nada que tenga visos de verosimilitud.

Y para finalizar, JESUS MOSTERIN en Ciencia, Filosofía y Racionalidad. (Gedisa Editorial, Barna 2013) escribe: "Una filosofía alejada de la Ciencia, con frecuencia degenera en mera palabrería y verborrea, en la que las citas y los juegos de palabras no logra restablecer el contacto con la realidad".
Isaac Newton escribió: “Físicos, guardaos de los metafísicos”.





domingo, 21 de marzo de 2010

MASONERÍA Y ÉTICA.-

 
A lo largo y ancho del blog (iniciado el 7-07-07), he mantenido la tesis de que la masonería española debía  volver a sus orígenes, si deseaba seguir teniendo vigencia.


Pues bien, después de leer el reciente articulo que transcribo a continuación, me ratifico en mis reflexiones, ya que en el mismo (destacado en negritas), los máximos responsables -son los únicos autorizados a expresar la opinión de la organización-, reconocen explícitamente esa falta de vigencia de la masonería.


Además de la regeneración ética que pretenden, en mi opinión, no han de olvidar la perentoria necesidad de dotar de sentido a su masonería, pues, incluso -salvando las distancias- la Iglesia Católica, aún siendo la mayor proveedora de normas moralizantes y "buenas costumbres" en la historia de Occidente, viene padeciendo en España una creciente secularización, ya que una parte importante de la sociedad, no encuentra sentido en los mitos religiosos; al igual que tampoco lo encuentran en la masonería los que la abandonan, en un alto porcentaje de los casos, debido a la ausencia en las logias, de la ética masónica que proclaman sus gurús.


Sinceramente, les deseo lo mejor a los nuevos dirigentes masones, y que lleguen a ser  espejo donde pueda mirarse la otra masonería (de menor implantación) para erradicar de la misma, otras conductas, que sin poder ser calificadas de corrupción, como las que  se describen en el citado artículo, no son en absoluto las que se espera de la ética masónica, ya que algunas personas de esa obediencia, y que han ocupado "altos cargos" en la misma, se han dedicado a publicar libros de temas masónicos, quizás utilizando en beneficio propio el rebufo de  "El Código Da Vinci"  para "sacarse unas pesetillas o... eurillos".


Como digo, esa actuación es una falta de ética, pues,  según ellos, la masonería prohíbe el proselitismo, y sin embargo,  promocionan sus libros con entrevistas en periódicos y radios, así como en los blogs que les son afines, además de dictar conferencias "ad hoc".
 

Vender es parte del sistema capitalista y, este es incompatible con la ética masónica, por lo que ése comportamiento debería dar lugar en sus logias al pronunciamiento de sanciones morales negativas, claro que ello es impensable, cuando se trata de los gurús de turno, eximidos a sí mismos, de dichas normas, dada su auto denominación como "expertos en ética masónica".

Volviendo al título de ésta entrada, en mi opinión, la desorientación de la masonería actual y su permanente búsqueda de un sentido que ofrecer a sus acólitos, tiene un origen simplísimo: la desmemoria de sus orígenes, en lo relativo a la ética personal y grupal. Y también por que se obstinan en no reconocer, que todos los intentos de constituir una sociedad perfecta, cambiando primero individuo a individuo los valores éticos personales, han sido condenados al fracaso, tanto si han sido intentos forzosos, como persuasivos (éste último es el núcleo de las proclamas y  doctrina -nominalmente al menos- masónicas).


En otra entrada de este blog, he dejado escrito: "...no necesariamente todos somos capaces de alcanzar la perfección (concepto éste, que por sus connotaciones escolásticas, nunca me agradó). Algunos seremos imperfectos siempre, y creo que los seres humanos solo somos perfeccionables por la experiencia". Y esa experiencia me dice, que la masonería que conozco, propugna que la perfección es alcanzable con sus "fórmulas metafísicas".


Es decir, esa masonería orienta a sus miembros con normas morales caóticas, espigadas de aquí y allá, entre las diversas corrientes filosóficas que se han generado a lo largo de la Historia, por lo que manejan una pluralidad  de éticas que les desborda, sin decidirse por ninguna en concreto..., al menos, eso es lo que ocurre en sus logias, en las que al igual que la cambiante moda en el vestir que nos viene cada año, en esas logias, aparecen "modas filosóficas" que suelen acogerse con brío... hasta que desaparecen cuando llega la siguiente; de ahí el batiburrillo o "jaula de grillos" mental que padecen bastantes masones, debido a que la metafísica masónica, con su pretensión de ontología, universalidad y perfección, (peculiaridades también de las religiones oficiales), priva de sentido al individuo que acepta su "método" masónico.


Evidentemente, esa confusión mental y por ende moral, se produce por que la masonería, ya no practica las normas de las Constituciones de Anderson y Désaguliers, NORMAS QUE RECOGEN LA FUNCION MORALIZANTE DE LA MASONERIA, que  no son mejores ni peores que otras...,son normas. Ni tampoco practica ni se ha adaptado a la "post-postmodernidad".


Alguien me podrá objetar, que dichas normas no son fáciles de conjugar con la demanda de la sociedad en nuestros días. Cierto, ése es el desafío real de la masonería, si pretende tener vigencia en nuestros días: encontrar las normas y el sistema moral filosófico que le permita sobrevivir.


Lunes, 15 de marzo de 2010 - 10:48h

ElConfidencial.com

RELEVO EN LA CÚPULA DE LA MASONERÍA ESPAÑOLA

La desconfianza de los masones ingleses hace caer al Gran Maestre de España

@Antonio Fernández.- 15/03/2010

En la misma jornada, también fueron elegidos directamente otros altos cargos, como el de tesorero, que en el futuro recaerá en Carlos Barón, y el de Gran Orador, que se ahora en adelante será Manuel Torres.
La derrota de Carretero causó cierta sorpresa en los círculos masónicos. La clave de la misma hay que buscarla en su pérdida de liderazgo ante la masonería inglesa. En las anteriores elecciones, este empresario inmobiliario tarraconense se había hecho con el control de la GLE porque la colonia inglesa, con un considerable peso en España, le había apoyado. En las elecciones de la Gran Logia sólo tienen derecho a voto los “masones instalados”, es decir, los que han tenido a su cargo una logia. Y muchos viejos dirigentes ingleses ya jubilados que han trasladado su residencia a España tienen esta prerrogativa, puesto que en vez de votar en su país pueden hacerlo aquí.

Óscar de Alfonso, sin embargo, proviene de una de las zonas donde los ingleses están más implantados: la costa de Valencia. A pesar de su juventud, ya lleva muchos años inmerso en este mundo: en el 2002, con apenas 34 años, ya fue el Gran Maestro provincial de los masones valencianos. Además, es el líder masónico más joven de las últimas décadas. Muy arraigado en el territorio, De Alfonso integró las listas de la candidatura Nueva Jávea en las elecciones municipales del 2007 al Ayuntamiento de Xàbia.

Investigará a su ex jefe y amigo


Hasta el otoño pasado, el abogado valenciano formaba parte del círculo de poder que había tejido Carretero, pero abandonó sus responsabilidades para preparar su candidatura y ante los sucesivos escándalos que salpicaron al Gran Maestre, incluida la compra y la venta de bienes inmuebles en Bilbao y Palencia. Diferentes pisos y locales fueron comprados con dinero procedente de los fondos de beneficencia. En diciembre pasado, Carretero vendió propiedades en Bilbao para reintegrar el dinero. Pero el propio Óscar de Alfonso, en una carta abierta a sus compañeros, fechada el pasado 20 de enero, prometió una “completa investigación de los hechos” si era elegido Gran Maestre. Ahora tendrá la oportunidad de cumplir su promesa aunque pueda no gustarle a su hasta hace poco jefe y amigo.
La GLE, que agrupa a más de 2.200 afiliados, es la mayor organización masónica de España, reconocida tanto por la poderosa Gran Logia Unida de Inglaterra o la Gran Logia Nacional Francesa. En los próximos días, se realizará en un céntrico hotel de Madrid la ceremonia de toma de posesión de De Alfonso, a la que asistirán representantes de las más importantes logias masónicas de todo el mundo. “Las cosas van a cambiar mucho -señala una fuente de la masonería-. Para empezar, una de las primeras tareas que tendrá la nueva cúpula es rehacer las relaciones con organismos masónicos importantes. Las dos primeras prioridades serán retomar los contactos con el Consejo Supremo de España y con la masonería de Italia. Carretero había roto relaciones con la mayor organización italiana y había estrechado los lazos con una logia minoritaria”. Se refiere la fuente a la traumática ruptura de relaciones con el Gran Oriente de Italia, que tiene 17.000 miembros, y al acercamiento de Carretero a la Gran Logia Regular de Italia, que tiene solo 3.000 afiliados.
En el 2006, fue elegido de nuevo Gran Maestre Provincial. Tras la ceremonia de elección, manifestó la línea que quería seguir: abrirse a la sociedad en general “para que los profanos puedan llegar a conocernos mejor y así podamos contribuir a solventar el malentendido y la sospecha que tristemente existe acerca de la francmasonería. La ignorancia crea temor y la mejor forma de combatirla es con información y conocimiento”.
“Se abre un periodo de transición que tratará de hacer volver a la masonería a sus principios, aunque con una gestión más abierta y más democrática”, señaló a El Confidencial uno de los presentes en el cónclave mallorquín. “Ésta es una época de calmar los ánimos y de ver cómo podemos ocupar de nuevo un espacio en la sociedad”, dice otra fuente.
La masonería española comienza una nueva etapa después de que este fin de semana la Gran Logia de España (GLE), la mayor organización española, celebrase su congreso en Palma de Mallorca. El hasta ahora Gran Maestro, José Carretero, no consiguió revalidar su mandato. Pero fue su segundo hasta hace pocos meses, el abogado valenciano Óscar de Alfonso, quien se alzó con el triunfo indiscutible: 468 votos frente a 222. Carretero ya se había puesto en el disparadero durante los últimos años y su gestión había sido muy discutida, hasta el punto de que fue llevado a los juzgados en varios pleitos.
Evidentemente, después de la lectura de esta(as) "planchas masónicas", es fácil deducir, que como buen doctrinario, el autor , mantiene un actitud apologética respecto a la doctrina masónica. ¡¡¡No necesita abuelas!!!.


Otras evidencias de cómo algunos masones entienden y practican la ETICA MASONICA, son los dos "ensayos" que -al menos hasta hoy- están colgados en la red www, y cuyos títulos "LA VIGENCIA DE LA MASONERIA" .




y "VIGENCIA DE LA MASONERIA"




pueden inducir a pensar que son dos visiones distintas de reflexionar sobre el mismo asunto. Pues, no. No es así. Uno de ellos plagia al otro (subrayo en color rojo en ambos escritos).


Obviamente las preguntas son obligadas:


¿Así se practica la ética individual en la masonería?.


¿Quién de ellos no debería pontificar sobre ética?.



  
   

Primer ensayo:

LA VIGENCIA DE LA MASONERIA


 
ASCENSIÓN TEJERINA

Ex G M – Gran Logia Simbólica Española

El tema que abordare en este artículo es acerca de la VIGENCIA ACTUAL DE LA MASONERÍA.


Esta pregunta es ya recurrente cuando los masones nos presentamos ante el público, junto con la otra cuestión Mujer- Masonería. Y es lógico que surja esta inquietud en una sociedad donde el desenfrenado consumo de lo nuevo, donde los anuncios te dicen que te están ofreciendo, hoy, ya, la tecnología del futuro con eslóganes tan sugestivos como

“¡¡¡No espere 25 años para disfrutar de tal o cual maravilla, nosotros ya se la podemos servir!!!”, te deja corolariamente perplejo ante lo antiguo, sencillamente porque ya no se usa, porque no sirve, porque está anticuado. Y es que los masones tenemos mucho polvo de catacumbas, muchas telarañas encima…. Como las buenas botellas de buen vino en una silente bodega. ¡Que preocupante será el día en que la sociedad no sepa apreciar el buen caldo y sacie su sed con la “cola” del siempre mañana, que seguramente seguirá siendo la misma, pero más aerodinámica, más ergonómica!

Si el futuro no es la modulación del pasado sólo será la repetición del pasado. La amnesia nunca es aconsejable y se paga con sufrimiento. Ahí reside la importancia de la historiografía, de su fidelidad con los hechos y de la correcta interpretación de los mismos. El historiador es una pieza clave en el proceso civilizador.

Pero no teman que no estoy preparando el círculo para salirme por la tangente. La pregunta es lícita y voy a tratar de responder con la mayor honradez de la que soy capaz.

Evidentemente, solo voy a intentar hacer un sucinto acercamiento a la cuestión desde la óptica del estilo de Masonería que he practicado en la Gran Logia Simbólica Española.

LA MASONERÍA ES ACTUAL PORQUE LA ARQUITECTURA ONTOLÓGICA DEL SER HUMANO HA SIDO, ES Y SEGUIRÁ SIENDO SIEMPRE LA MISMA.

Si, como decía el profesor Ureña en una magistral conferencia a la cual tuve la satisfacción de asistir, Krause mantenía que la ocupación de la Masonería es atender a lo que es común a todos los seres humanos en cuanto que puro y completo humano, me voy a permitir ahondar en esta línea de razonamiento. Si bien es difícil definir lo esencial del ser humano en una sola frase, podemos señalar como uno de los fundamentos de su existencia el pensar. El pensar es, esencialmente, pensar que se piensa a si mismo. En la libertad que nos viene dada por esta estructura del pensar radican las conquistas que el hombre puede llevar a cabo en distintas esferas. En el terreno ético y personal, la posibilidad de que podamos adueñarnos de nuestros propios valores y de asir el destino individual se asienta también en el comprender el a priori de los modelos en los que se basa la misma comprensión. Asimismo, dentro de la esfera política y social, el desarrollo de una ética y de unos criterios propios son los verdaderos cimientos de una democracia y de una sociedad participativa. Nuestra democracia, especialmente, necesita individuos capaces de obligar a la clase política, mediante una crítica sólida, a volver la mirada hacia la realidad e intereses genuinos de la sociedad. Éste es un trabajo que sólo puede ser el fruto de un pensamiento crítico, verdaderamente comprometido con lo humano y con la contundencia suficiente como para crear hábitos y tradición.

La Masonería apuesta, pues, por una sociedad de individuos capaces de hacerse a sí mismos y de apropiarse de sus valores éticos y morales. Todo su método se fundamenta en la provocación de este encuentro con uno mismo, con su ser, que debe necesariamente expresarse en términos de libertad y de autodeterminación. Pero para el masón, estas conquistas personales no son un hecho mientras no queden refrendadas por una inserción responsable en el seno de la sociedad, lo que le lleva a intentar conocer el mundo que le rodea.

Los talleres masónicos suelen ser foros de debates que ponen a prueba el grado de validez de las ideas de cada uno, su capacidad para defenderlas, mejorarlas y ejercer la tolerancia como cualidad indispensable para la convivencia.

Cuanto más compleja es la sociedad más necesario se hace este ejercicio, más profundo debe ser el análisis ético de las nuevas circunstancias que los acontecimientos van conformando porque estos son cada vez más profusos e interrelacionados, es decir, más complejos y más co-implicados. O el individuo se capacita en la construcción de su propia ética y de su propia interpretación del mundo para tomar sus propias decisiones, o tendrá que utilizar la ética de otros y la interpretación de otros. Serán otros los que te piensen.

En este sentido, pues, la Masonería, sigue teniendo constitutivamente la misma validez que siempre ha tenido, aunque haya que limpiar la bodega… con mucho cuidado de no remover demasiado las madres.

LA MASONERÍA ES MÁS NECESARIA QUE NUNCA PORQUE LOS RETOS QUE TIENE ANTE SÍ LA HUMANIDAD NO TIENEN PARANGÓN CON SITUACIONES ANTERIORES Y POR LO TANTO EL DEBATE ÉTICO TIENE QUE REPLANTEARSE MÁS QUE NUNCA EN TÉRMINOS DE UNIVERSALIDAD.

Pienso que el mundo de nuestros días viene determinado por cuatro líneas de acontecimientos que interactúan entre sí, y que se desarrollan con una gran autonomía respecto de las voluntades políticas o de los intereses generales. Son como grandes jinetes cuya figura aún anda definiéndose entre apocalíptica o caballeresca. M e refiero al crecimiento demográfico, el deterioro ecológico, el vertiginoso desarrollo tecnológico y la globalización. El régimen de cambios sociales, de mentalidades, de hábitos, de gustos y formas de vida, es tan vertiginoso que en pocas décadas tendremos instalada sobre la faz de la tierra una civilización que tendrá muy pocos parecidos con lo que hoy conocemos.

Y, sin embargo, el humano del mañana tendrá la misma estructura ontológica que el de hoy, y todo lo que será mañana se encuentra contenido en las posibilidades que hoy ya tiene ante sí. Todo dependerá de su sabiduría para escoger aquellas posibilidades que lo conduzcan a una vida con mayores oportunidades para la felicidad y menores tasas de sufrimiento. Para ello deberá centrar su desarrollo, como individuo y como grupo, en tres habilidades humanas, y en ellas radican nuestras propuestas de trabajo:

1) una creatividad que permita emprender el desarrollo integral y sostenible de los pueblos, DE TODOS LOS PUEBLOS.

2) una capacidad negociadora y mediadora que permita alcanzar acuerdos hacia nuevos sistemas éticos de aceptación universal y

3) una solidaridad inquebrantable con la vida.

Creo que si sabemos sobreizarnos sobre estas potencialidades humanas conseguiremos transfigurar a nuestros jinetes apocalípticos en buenos aurígas que tiren del carro del progreso. Para el masón, estas propuestas no son más que a extensión de su propio método de trabajo y de los valores sobre los que se asienta: solidaridad, trabajo, libertad para construirse.

Este modelo de convivencia que es una Logia constituida en CENTRO DE UNION nos puede servir de inspiración para orientar la construcción de una sociedad que, protegiendo el florecimiento y respeto de las diferencias garantice que ninguna de ellas se erija en predominante y se adjudique privilegios. En definitiva estoy hablando de una sociedad LAICA entendiendo la laicidad, no como una práctica anticlerical (con la que desgraciadamente se confunde a menudo) sino como una definición normativa de alcance universal donde todo aquello que sea constitutivamente valido el ser humano, incluido el cultivo del sentimiento religioso, cada uno en su forma y medida, sea respetado e incluso protegido.

En un mundo que corre hacia una globalización brutal, donde la multiculturalidad será probablemente uno de los factores que más transforme el tono de nuestra vida cotidiana, pienso que la capacidad mediadora que subyace en el método masónico cobra una especial vigencia que no podemos permitirnos desdeñar en un escenario tan explosivo donde las placas civilizacionales norte-sur (por emplear la terminología de Huntington) se encuentran en plena actividad.

Si la masonería pretende mantener su vocación mundialista es evidente que tendrá que seguir trabajando en pos de la instauración de valores transculturales que todos los protagonistas puedan aceptar de partida, y esto deberá pasar obligatoriamente por un ejercicio de mediación cultural que lleve implícito la revisión de nuestras creencias más profundas y de nuestros apriorismos más ocultos.
 
Segundo ensayo:
 

VIGENCIA DE LA MASONERÍA, por José Luis Cobos


Antes de entrar en el meollo de la cuestión, quisiera matizar los términos mismos del título del tema previsto para hoy que, como sabéis, es: LA VIGENCIA DE LA FRANCMASONERÍA. Me interesa sobre todo distinguir el concepto de VIGENCIA del de ACTUALIDAD. Lo que voy a intentar argumentar esta tarde, es que la institución masónica conserva todo su vigor y potencialidad para ser una propuesta cultural y por lo tanto social, entre otras muchas, que ofrece al individuo y a la sociedad unas herramientas conceptuales, un marco de valores, unas disciplinas y unos métodos que pueden ayudar a afrontar los problemas que tiene planteados la humanidad, y más específicamente nuestra sociedad occidental, cuando mira al horizonte de su futuro.

Pero si me preguntan si la Masonería está “de actualidad”, pues evidentemente: ¡NO! La Masonería no es una moda, ni está de moda, y su propio método, estructura y objeto son ajenos a este concepto. El vigor de la Masonería no le viene otorgado por el interés que las masas puedan dedicarle sino por la validez de sus métodos en la resolución de las raíces de los problemas.


El tema es oportuno por dos razones:

Una, porque, cada vez que nos manifestamos al público, ya sea directamente, como en este caso, o a través de los medios de comunicación, las preguntas más recurrentes son: “¿La Masonería tiene algún sentido hoy en día? ¿No ha quedado obsoleta con esos ritos antiguos, esos collares y esos mandiles? ¿Qué papel puede jugar la Masonería en el mundo que se nos viene encima? ¿No están ya conseguidos los objetivos de Libertad, Igualdad y Fraternidad en la sociedad actual? Bueno, quizás esta última pregunta, hoy nadie se atrevería a formularla en estos términos ¡porque a la vista está que no es así!

Dos, porque solemos referirnos a la Masonería Universal como a una institución. En las sociedades de larga e in-interrumpida tradición masónica, los ciudadanos saben ubicarla, implícita o explícitamente, entre las demás instituciones sociales que componen su superestructura y donde se asientan sus fuentes de valores más fundamentales. Es decir, saben qué valores e ideas defienden y promueven y qué otros no, porque hay una huella histórica que lo testimonia. Pero en España, durante más de cuarenta años la Masonería no ha tenido cabida. Se ha creado un vacío institucional que ha sido ocupado parcialmente por otras. Además, la secuela dejada en el imaginario colectivo por el anti-masonismo salvaje practicado desde el Estado, está haciendo especialmente ardua la tarea de reconstrucción de la Masonería en nuestro suelo.

Ahora que vuelve a constituirse en opción no basta con que se legalice y se abran algunos talleres para que los ciudadanos de nuestro país, súbitamente, recuperen la memoria. Entre otras cosas, porque no son los mismos de aquella época. Los españoles de hoy, aunque adjudiquen irracionalmente un valor a la Masonería, sencillamente, no saben lo que es ésta, ni para qué sirve.

En la GLSE, hace ya varios años que nos hemos dado cuenta de que el desarrollo de nuestra institución en España debe pasar por una recuperación de lo que yo llamaría “la normalidad masónica”. Este proceso de “re-naturalización” nos ha llevado a emprender diferentes campañas de comunicación con la pretensión de deshacer los clichés de oscurantismo, secretismo y complotismo, y al mismo tiempo dejar claros ciertos mensajes en la sociedad española acerca de nosotros y que resumo de la siguiente forma:

1. La Francmasonería es una organización que está a la altura de las exigencias éticas de una sociedad moderna y en la que la mujer trabaja en pie de igualdad con el varón. 2. La Francmasonería tiene un pasado de dignidad del que debemos estar orgullosos y por el que tenemos derecho a una recuperación de nuestro honor, manchado desde el Estado. 3. Los intereses de la Francmasonería se vuelcan, simultáneamente, hacia la construcción del individuo y hacia la construcción de la sociedad.

¡Resumiendo! Nosotros venimos diciendo: “¡Aquí estamos!” y la sociedad nos interpela: “¡Bienvenidos!... ¿Y que pintáis en esta fiesta/guerra?”

¡Pues bien, esa es la pregunta a la que queremos dar respuesta, hoy!

Para cumplir con nuestro propósito os propongo el siguiente plan: En un primer apartado vamos a describir este fenómeno que es la Masonería, resaltando aquellos aspectos que son particularmente significativos, desde lo que constitutivamente es, para argumentar su vigencia. En un segundo término vamos a entrar de lleno en el desarrollo de la argumentación de la misma, limitándonos a las razones ontológicas.

Vamos pues con el primer objetivo: ¿QUÉ ES LA MASONERÍA?

Si bien la divisa de la Masonería es L.I.F. su objetivo operativo, su rol institucional es mucho más amplio y complejo. Para no andarme por las ramas voy a leeros lo que dice la Constitución de la Gran Logia Simbólica Española en su artículo primero:

“La Francmasonería, institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresista, tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la ética y la práctica de la solidaridad; y trabaja por el mejoramiento material y moral, y por el perfeccionamiento espiritual, intelectual y social de toda la humanidad. Tiene como principios la tolerancia mutua, el respeto de los demás y de uno mismo, y la absoluta libertad de conciencia. Considerando que las concepciones metafísicas y religiosas son del dominio exclusivo de la apreciación de cada individuo rechaza cualquier afirmación dogmática. Tiene por divisa: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Cada Francmasón interpretará la invocación al Gran Arquitecto del Universo según le dicte su conciencia con el mayor respeto hacia las diferentes interpretaciones y hacia los Hermanos que las sustentan.”

De forma parecida se expresan la casi totalidad de las Obediencias masónicas en el mundo, y que resumo así: compromiso con la humanidad, con toda. Compromiso con el individuo.

No cabe duda, pues que el propósito de la Masonería es la consecución de una humanidad feliz en términos espirituales y materiales. Pero al mismo tiempo es consciente que ninguna sociedad puede alcanzar la felicidad si no está construida para que quepan todos sus individuos y que estos puedan encontrar en ella las posibilidades para su desarrollo; es decir: una sociedad a la medida del individuo. Si no sabemos cuales son las determinaciones íntimas de la naturaleza humana, cuales son sus requisitos para ser feliz, si no sabemos que quiere decir “desarrollo”, difícilmente podremos diseñar la sociedad ideal. Por eso la estrategia que emplea la Masonería, en un primer tramo de su recorrido, para alcanzar su objetivo es centrar su atención en el conocimiento de la arquitectura íntima del ser humano, manteniendo este en un primer plano sin perder de vista el fondo del cuadro, es decir , la sociedad y tras ella la Naturaleza. En el conflicto individuo/sociedad radican los principales problemas que el ser humano ha venido arrostrando a lo largo de su historia. El Hombre es un producto social y la sociedad es una colección de Hombres. Esta co-implicación, esta ambigüedad, que como veremos se manifiesta existencialmente, es la que intenta resolver el método Masónico con el bagaje de su tradición.

Atendiendo pues a este propósito, voy a intentar una aproximación a la Masonería describiéndola como 1) un filosofar, 2) un método y 3) un compromiso.

Primero: UN FILOSOFAR.
Si, como decía Krause, la ocupación de la Masonería es atender a lo que es común a todos los seres humanos en cuanto que puro y completo Hombre, yo me voy a permitir ahondar en esta línea de razonamiento.
Si bien es difícil definir lo esencial del ser humano en una sola frase, podemos señalar como uno de los fundamentos de su existencia el pensar. Como decía Husserl, el pensar es, esencialmente, pensar que se piensa a sí mismo. En la libertad que nos viene dada por esta estructura del pensar radican las conquistas que el hombre puede llevar a cabo en distintas esferas. En el terreno ético y personal, la posibilidad de que podamos adueñarnos de nuestros propios valores y de asir el destino individual se asienta también en el comprender el “a priori” de los modelos en los que se basa la misma comprensión. Asimismo, dentro de la esfera política y social, el desarrollo de una ética y de unos criterios propios son los verdaderos cimientos de una democracia y de una sociedad participativa.

Nuestra democracia, especialmente, necesita individuos capaces de obligar a la clase política, mediante una crítica sólida, a volver la mirada hacia la realidad e intereses genuinos de la sociedad. Éste es un trabajo que sólo puede ser el fruto de un pensamiento crítico, verdaderamente comprometido con lo humano y con la contundencia suficiente como para crear hábitos y tradición.


La filosofía, por su parte, es, justamente, la ciencia del “a priori”. Porque a la comprensión del hombre le resulta abierto el “a priori”, podemos decir de él que es, en cierto modo, constitutivamente filósofo. Claro que ello no nos autoriza en ningún momento a suponer que podemos prescindir de la filosofía como ciencia con la esperanza de que nuestra constitutiva condición de filósofos más la mera yuxtaposición de experiencias vividas serán suficientes para nutrir nuestro pensamiento. Pero es en este rasgo constitutivo en el que se fundamenta la Masonería para intentar cultivar la integralidad del Hombre que somos y por eso la Masonería tiene necesariamente que ser un filosofar.

La Masonería apuesta, pues, por una sociedad de individuos capaces de hacerse a sí mismos y de apropiarse de sus valores éticos y morales. Todo su método se fundamenta en la provocación de este encuentro con sí mismo, con su ser, que debe necesariamente expresarse en términos de libertad y de autodeterminación.

Los talleres masónicos suelen ser foros de debates de carácter ético-filosóficos, que ponen a prueba el grado de validez de las ideas de cada uno, su capacidad para defenderlas, mejorarlas y ejercer la tolerancia como cualidad indispensable para la convivencia.

Cuanto más compleja es la sociedad más necesario se hace este ejercicio, más profundo debe ser el análisis ético de las nuevas circunstancias que los acontecimientos van conformando porque estos son cada vez más profusos e interrelacionados, es decir, más complejos y más co-implicados. O el individuo se capacita en la construcción de su propia ética y de su propia interpretación del mundo para tomar sus propias decisiones, o tendrá que utilizar la ética de otros y la interpretación de otros. Serán otros los que te piensen.


Segundo: EL MÉTODO.

Es un método en cuanto que se proponen unas pautas que si son practicadas tal como el propio método lo especifica conducirá al individuo, en un alarde de LIBERTAD, a la toma de posesión de sí mismo. Este método es lo que convierte a la Masonería en una TRADICIÓN INICIÁTICA. Estas pautas son, fundamentalmente, unos ritos, unas disciplinas de conducta y, sobre todo, un lenguaje propio y específico para pensar adecuadamente acerca de nuestra esencia y de nuestro ser, y que recogen la experiencia acumulada a lo largo de la historia en la tarea específica de devenir HOMBRE, con mayúsculas.

Al que se inicia en Masonería se le dan, nada más entrar, dos encargos que van a constituir sus tareas principales: CONSTRÚYETE A TI MISMO (Pule tu piedra, Lo que tu haces te hace), y CONÓCETE A TI MISMO (la famosa fórmula del VITRIOL). Y se le dice: “esto solo puedes lograrlo 1) con el concurso de los demás, 2) aprendiendo a interpretar los símbolos y 3) adoptando una actitud productiva-constructiva”.

El lenguaje iniciático es, pues, simbólico, sus ritos son discursos simbólicos y alegóricos que representan una guía para adentrarnos en un mundo interior. Cuando en el mundo exterior queremos desplazarnos a una calle de nuestra ciudad que no conocemos nos guiamos por un mapa que nos conduce con precisión a nuestro destino. El mundo interior se caracteriza porque todos sus contenidos son subjetivos y experimentales, es decir, todo lo contrario del objetivable mundo exterior.

El primero esta poblado de sensaciones, emociones, ideas, creencias, seguridades, deseos, proyectos, miedos, complejos, etc. Sin embargo esta aparente selva tiene una estructura y una dinámica que pueden ser gestionadas. Todo progreso en esta gestión se pondrá de manifiesto en un progreso en la gestión de ese otro mundo exterior, aunque sólo sea en términos de comprensión: Si me comprendo mejor a mí mismo, comprendo mejor al otro. Pero el lenguaje utilizado en ese mundo interior es uno muy peculiar: el SIMBÓLICO. El ritual es pues ese discurso simbólico vivido que nuestro mundo subjetivo es capaz de reconocer por estar escrito en su “lengua materna”.

El modo habitual y primario en que se encuentra el ser humano en el mundo es el de la cotidianidad. Su introducción a este mundo se ha hecho concienzudamente desde su más tierna infancia. Después, a través de iniciaciones más o menos explícitas se le ha preparado para afrontar cada una de las etapas de la vida: el Bautismo, la escuela, la pubertad, la Comunión, la Universidad, el mundo laboral, el matrimonio, los hijos, etc. A nuevas etapas de maduración, nuevas herramientas, nuevas obligaciones también… Pero todas estas iniciaciones lo preparaban para enfundarse en el mundo, para acomodarse, para acoplarse, para “solucionarse” en él. En esta necesaria acomodación corre el riesgo de quedarse petrificado.

Muchos, en un momento determinado de sus vidas, se sorprenden a sí-mismos huyendo hacia el mundo, distraídos de sí-mismos, y sienten la apremiante necesidad de volver a casa, a la morada interior, de abandonar al Minotauro que los tiene prisioneros en su cotidianidad. Pero hay un laberinto que franquear. Las soluciones son tan variadas como los individuos. ¡Quien tuviera a mano, entonces, un de esos hilos de Ariadna…!

La Tradición Iniciática es ese “Hilo de Ariadna”, una solución más para empezar este viaje de vuelta a la casa donde el Hombre esencial se encuentra con su ser. Acaso no podríamos intentar una primera definición de esta Tradición diciendo que es el conjunto de conocimientos y pautas, recogidos durante toda la historia de la humanidad con el propósito específico de producir ese encuentro del individuo con su ser en su más auténtica originalidad, de “descotidianizarnos”.

Todos los elementos simbólicos de nuestro método masónico conducen a este fin, nos muestran el camino, nos dosifican el esfuerzo, nos gradúan los obstáculos. Pero estos símbolos requieren una exégesis hermenéutica porque la Vía Iniciática y la Hermenéutica persiguen el mismo fin: el desvelamiento de lo que hay de sagrado, de verdad, de auténtico, en nosotros, en los demás y en los entes que nos rodean. LA VIA INICIÁTICA ES HERMENÉUSIS VIVIDA.

Tercero: UN COMPROMISO.

Compromiso por cuanto que la masonería no es un simple laboratorio de especulación, si no que la transformación que se opera en el individuo desemboca en una asunción de responsabilidad primero consigo mismo y después con el mundo. Este compromiso se concreta en tres finalidades que podríamos llamar: la finalidad constructiva, la finalidad educativa y la finalidad ética.

1.- Finalidad constructiva:

Es característico que cualquier actividad profesional desarrolle un argot que le es propio y con el cual puede abordar su trabajo con la precisión y matización que este requiere y que el simple repertorio léxico común no permite. También es característico que este vocabulario profesional lo utilice para interpretar y expresar otros ámbitos de la vida estableciendo analogías y metáforas entre un universo semántico y otro. Esto es lo que le ocurre al masón cuando inscribe toda su panoplia de principios, valores, métodos y fines en lo que podríamos llamar LA METÁFORA DE LA CONSTRUCCIÓN.

Así, para el masón, la vida es una construcción en un escenario en el que asume un doble trabajo edificativo: por una parte, una construcción interna, por otra parte, una construcción externa.

Para el trabajo de construcción interna parte de un principio fundamental de la tradición gremial: LO QUE TU HACES, TE HACE, que viene a completar el otro principio de la tradición iniciática: CONOCETE A TI MISMO. De estos dos principios se deriva toda una declaración ontológica que podríamos resumir así: PROGRESA-CONOCIÉNDOTE (progresar es conocerse), TRABAJANDO-PRODUCIENDO (uno se conoce trabajando y trabajar no es sólo ocuparse, es rendir un producto), PARA SER TÚ MISMO (Progresa trabajando, para ser tú mismo; o dicho de otra forma: Conócete produciendo, para ser tú mismo).

Para el trabajo de construcción externa, el masón parte también de una evidencia que le demuestra cotidianamente su quehacer profesional: LA COORDINACIÓN DE LOS ESFUERZOS PARA EL FIN PRODUCTIVO COMÚN. La sociedad es pues una suma de aportes. Esto obliga a convenir, pactar, mediar, entenderse... en definitiva civilizarse. La dinámica del pillaje, del botín, del aprovechamiento del producto del otro o el abuso de la naturaleza no es admisible, desde esta perspectiva.

Así mismo, este compromiso con una actitud constructiva sitúa el concepto de libertad en su justa medida, entendiéndolo no solo como la posibilidad de elegir entre lo ya dado, como una libertad de consumo, sino como la capacidad para construirnos nuestras nuevas alternativas. La originalidad buscada, pues, no es el escoger la manera en qué queremos estar sino un escoger qué queremos ser, que queremos producir, cómo queremos producirnos, qué don de nosotros mismos queremos brindar a la posteridad. Es una cuestión que se inscribe en el tiempo aunque se manifieste en el espacio.

Y de esta manera de concebir al individuo y a la humanidad se derivan los tres principios emblemáticos de la Masonería: LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD.


Así pues, como vemos, el compromiso masónico esta íntimamente ligado al concepto de construcción.

2.- Finalidad educativa:

Otro aspecto fundamental del compromiso masónico es el educativo. La cultura y el conocimiento son los únicos agentes capaces de liberar al individuo del determinismo de sus condicionamientos, incluso de aquellos que la propia cultura puede “ensemillar”. Por eso la Masonería se constituye en espacio docente para sus miembros, aplicando una pedagogía que le es propia y que denota un gran conocimiento de la naturaleza y la psicología humanas. Por eso también la Masonería es fundamentalmente TRADICIÓN, y tradición implica transmisión.

Este particular método de enseñanza es el que queda recogido en un concepto que se ha venido repitiendo a lo largo de esta exposición y que no es otro que el de la INICIACIÓN. Una iniciación es una experiencia real por la que pasa un individuo, en la que se le hace entrega de las herramientas necesarias para acometer una concreta etapa de maduración en su evolución natural como ser humano. Esa maduración implicará el aprendizaje del manejo de dichas herramientas y la asunción de la responsabilidad que conlleva su uso.

Una finalidad fundamental de la masonería es educar a la persona y hacerla mejor. Ofreciéndole elementos de reflexión, incitándola a la investigación, al estudio y a desarrollar su capacidad crítica y proporcionándole escenarios de convivencia en los que tiene que poner a prueba sus virtudes humanas. Este particular método de enseñanza se distribuye en tres grados o etapas conocidos como GRADO DE APRENDIZ, GRADO DE COMPAÑERO y GRADO DE MAESTRO.

Podríamos afirmar que la masonería es una escuela. No solamente una escuela de lo culto, donde se utiliza la razón y se cultiva el conocimiento culto, sino también, una escuela de lo oculto, oculto en el sentido fenomenológico, de aquello que las apariencias y la cotidianidad no permiten nunca ver. En definitiva: una escuela iniciática.

Este compromiso con la enseñanza es la razón por la cual la Masonería, o si se prefiere el ideal masónico, tuvo mucho que ver con la difusión de ciertas ideologías más o menos conexas con el mundo de la educación, como la escuela moderna de Ferrer y Guardia, con la Institución Libre de Enseñanza, con la escuela única, con los librepensadores, con el laicismo de la enseñanza... ya que una de las máximas preocupaciones de la Masonería ha sido siempre todo lo relacionado con la formación del hombre en sus distintas etapas de la vida.

3.- Finalidad ética:

Otra idea fuerza que sintetiza un tercer aspecto del compromiso masónico dentro de nuestra tradición es la definición que damos de una logia como CENTRO DE LA UNIÓN, aspecto que recoge las Constituciones de Anderson.

El origen de todas las persecuciones y desconfianzas que ha padecido la masonería, tanto por parte de la Iglesia como por parte de ciertas monarquías y de todos los regímenes totalitarios (Cuba es una excepción) es que se practica y se busca en las logias una convivencia fraternal y mutuamente enriquecedora entre diferentes sensibilidades y perspectivas, religiosas, políticas, étnicas, etc.

La Masonería se fundamenta en un marco de valores comunes. Como dice Javier Otaola, esos valores actúan como “una "matriz de sentido", a partir de la cual cada masón construye su propia perspectiva de sentido. Se presenta a sí misma como un meta-sistema, para permitir el pluralismo de sistemas en su interior, para constituirse en un centro de unión entre "constructores" que llegan a la logia desde horizontes diferentes, con sus propios referentes, para permitir el dialogo y la comunicación entre quienes de otro modo permanecerían incomunicados.”

Este objetivo de reunir lo disperso, de entendernos con el diferente, constituye la esencia misma del método masónico. Esto obliga a un continuo cuestionamiento de nuestros propios posicionamientos y buscar las claves éticas que permitan la mejor expresión de todos sin perder de vista el objetivo constructivo común.

Hay que decir que en esta finalidad se encuentra la verdadera piedra de toque del sistema. Convertirse en un espacio de REFLEXIÓN ETICA es la máxima aspiración que puede alimentar una logia y el mejor ejemplo de sociabilidad que pueda experimentar un masón.

La laicidad preconizada por la Masonería en el ámbito político no es más que la extensión de este principio de convivencia.

Pero por Ética no solo debemos entender el ejercicio de reflexión aplicado a la valoración de las conductas humanas. También es la búsqueda de aquello que quiero ser-y-hacer que mejor le va a la forma en que mejor me reconozco a mí mismo. Descubrir si soy un peral o un membrillo o un naranjo, o si sólo soy chopo que cultivan otros por mi madera.

Abordemos ahora el segundo objetivo de nuestra charla: ¿CUALES SON LAS RAZONES DE LA VIGENCIA DE LA MASONERÍA? Voy a basar mi argumentación en tres razones:
Primera razón:
LA MASONERÍA ES VIGENTE PORQUE LA ARQUITECTURA ONTOLÓGICA DEL SER HUMANO HA SIDO, ES Y SEGUIRÁ SIENDO SIEMPRE LA MISMA.

Del Hombre se dice que es un animal “RACIONAL”. De esta tradicional, escueta y criticada definición darwinista de lo que somos, se pueden extraer varias conclusiones. Pero la característica de la racionalidad que ahora me interesa destacar es la de la COMPRENSIÓN. A partir del momento en que, en el curso de la evolución de las especies, aparece sobre la Tierra ese fenómeno nuevo que es la REFLEXIÓN, el ente que la exhibe se llama a sí mismo Hombre. Por la propia constitución misma de esta reflexión, a ese Hombre, lo hemos visto antes, le surge una nueva necesidad básica: COMPRENDER. No comprender no es un problema para el animal que llevamos dentro, pero sí lo es para el Hombre que somos encima. Este Hombre se siente mal si no comprende y se gratifica íntimamente cuando comprende.

Pero ¿que quiere decir COMPRENDER? ¿Es sencillamente identificar y reconocer los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor? Creo que a este comprender le faltaría un requisito para convertirlo en una comprensión existenciaria. Yo lo llamaría a este requisito, EL SENTIDO. La necesidad de comprender, además de responder a una repugnancia natural a la incoherencia, nos empuja a buscar la coherencia de nuestro sí-mismo consigo mismo, con los otros y con el mundo. Comprender es hallar el sentido, el papel que juegan todos los fenómenos puestos en permanente relación conmigo mismo, lo que nos llevará a un descubrir sistemas en lugar de simplemente ver cosas.

¿Y porqué es relevante la cuestión del sentido? Pues porque el fundamento del ser humano estriba en la POSIBILIDAD (madre de la LIBERTAD) que el ejercicio de la reflexión le ha otorgado ya para siempre jamás. Y dado que es un ser que anda siempre en la posibilidad se tiene que preocupar muy mucho de que significan las cosas para él. ¡Vaya faena que nos ha hecho la reflexión… nos ha convertido en un SER-PRE-OCUPADO! Y en el centro de esta preocupación ¡LA MUERTE!

Es conveniente tener claro que la cuestión del sentido sólo tiene sentido para el Hombre. Pero para él, el sentido es la incógnita que tiene que despejar en esta ecuación de la vida; tanto es así que comprender algo es comprender-el-sentido de algo, porque eso equivale a COMPRENDERSE A SÍ-MISMO.

El ser humano es un ser-en-el-mundo, mundo al que se enfrenta y del que depende. Ser humano, cuya permanente y primera tarea es su consustancial “pre-ocupación” por ser-ya-siempre, por culpa de esta reflexión, un ser que se contempla a sí-mismo frente al mundo con su precariedad a cuestas. En este “PRE” de su ocupación, de su cuidado, se halla la raíz de su ontológica necesidad de asirse en su más genuina originalidad que en cada momento YA ES, y para eso tiene que preguntarse por el sentido de las cosas.

Esto es precisamente lo que intenta lograr la Masonería: 1) dar sentido a la Vida, 2) adueñarnos de nuestra originalidad y 3) resolver el tema de la Muerte.

Segunda razón:

LA MASONERÍA ES VIGENTE PORQUE LA VIDA EN EL MUNDO, ENTRE LOS DEMÁS, HA DETERMINADO, DETERMINA Y DETERMINARÁ SIEMPRE, UNA ESPECÍFICA Y PERMANENTE PROBLEMÁTICA CUYA RESOLUCIÓN DEBE AFRONTAR EL SER HUMANO EN SU PROCESO DE MADURACIÓN.

Aquí, sólo me voy a referir a dos ejes principales de esta problemática: El primero: LA COMPLEJIDAD DE NUESTRAS MOTIVACIONES

El Hombre, como cualquier otro animal, depende para su supervivencia de una específica actividad para la que dispone de una energía vital y unas pautas de comportamiento ensayadas y aprendidas, o simplemente heredadas genéticamente. Se sabe que aquellos grupos de homínidos que supieron convivir en mayor número, tuvieron más éxito; pero la razón de este éxito no ha consistido tanto en la cantidad de individuos como en la complejidad de las interacciones sociales, creciente en progresión geométrica respecto de la cantidad, y que estas, mutatis mutandi, dieron origen a lo que de manera general llamamos razón.

Para poder manipular tal complejidad, se desarrolla simultáneamente un lenguaje que permite intercambiar información e integrar a la prole mediante un proceso de aprendizaje llamado socialización. Este proceso de socialización no sólo implica el aprendizaje del lenguaje, conlleva además, ante cada una de las experiencias de aprendizaje, una respuesta afectiva propia, aunque modulada fuertemente por los educadores o el grupo social con quien se viva dicha experiencia. El lenguaje nos permite tanto la identificación de los fenómenos que nos hacen frente en el mundo, como la identificación de los estados internos y referirnos a ellos, en una especie de auto-conversación.

En este proceso socializador, y como para rematar la complejidad de la situación, además de un lenguaje y de una modulación de nuestra vida afectiva, se nos inculca un preciso código moral consistente en un efectivo sistema de auto-gratificación /auto-castigo para ajustar nuestra conducta a lo socialmente conveniente.

Pero la cosa no termina aquí, porque tras el aprendizaje viene el uso y, tras este, los hábitos. Hábitos que nos proporcionan virtudes y vicios, estrategias, preferencias, voluntad, autocontrol para gestionar nuestros hábitos,…

Seguramente, si me hubiera limitado a decir que el ser humano es muy complejo y que ni él mismo conoce las verdaderas razones profundas de su conducta, todos habríamos estado de acuerdo. Pero he creído oportuno aportar a la discusión los materiales que producen tal complejidad para dejar bien claro que, tras la emergente conducta del individuo que se manifiesta en palabras y actos, se esconde un verdadero laberinto de intenciones que interesa investigar (interpretar).

El segundo eje: LA COMPLEJIDAD DEL MUNDO: LA PROFANIDAD

A esta complejidad de nuestra estructura motivacional se añade otra aún más difícil de desentrañar: la de la cultura social que nos acoge y nos integra. Tres aspectos quisiera considerar aquí:

En primer lugar hay que destacar la enorme complejidad de nuestro sistema de interacciones sociales, frente a la relativamente manejable relación con las cosas. Lo verdaderamente complicado es tratar con el “otro”, y prueba de ello es que las ciencias físicas han avanzado muchísimo más que las humanas. ¿Por qué interesa resaltar esto? Pues porque conviene darnos cuenta de que el principal caudal de actos comunicativos humanos se produce para gestionar esta convivencia con los otros. Los científicos han hallado una correlación entre el tamaño del cerebro y la complejidad social de las comunidades animales, es decir la capacidad de establecer alianzas, de simular, de reconocer, entre los semejantes, a los amigos de los enemigos., etc. En la vida social, ponerse en el lugar del otro es poder anticipar sus movimientos, o sea, interpretar al otro, y esto significa poder ¡todo un prodigio de elaboraciones mentales!

Un segundo factor a tener en cuenta es el poder encubridor de lo cotidiano. La repetición, el hábito, el placer de hacer lo que ya se sabe hacer y reconocerse en ello, la tendencia a la imitación, la búsqueda de la aprobación social, terminan condicionando la conducta a elementos superficiales de la situación y la razón primaria y originaria que tales actos pudieran tener quedan velados, encubiertos para el actor, si es que alguna vez llegó a tener alguna justificación clara para ellos.

Pero, no sólo es el individuo quien se olvida de la razón primaria de sus actos; también la sociedad, la cultura, el lenguaje por lo tanto, se aleja de sus motivos originarios, haciendo más difícil aún la recuperación del origen que ahora ya, inevitablemente, debe pasar por un trabajo previo de deconstrucción. Para tomarnos el asunto con un poco de humor y distender el ambiente, reproduzco aquí aquella historieta que ya circuló por la red y que ilustra bastante bien lo que quiero decir:

“Psicología social y psicología del aprendizaje. Experimento. 1. Se meten 20 monos en una habitación cerrada. 2. Se cuelga un plátano del techo y se coloca una escalera para poder alcanzarlo, asegurándose de que no exista ningún otro modo de alcanzar el plátano que no sea subiendo por la escalera. 3. Se instala un sistema que haga caer una lluvia de agua helada en toda la habitación cuando un mono empiece a subir la escalera. 4. Se demuestra empíricamente que los monos aprenden rápido que no es posible subir la escalera evitando el sistema de agua helada. 5. Desconectamos el sistema de agua helada. 6. Reemplazamos uno de los 20 monos por uno nuevo. Inmediatamente intentará subir la escalera para alcanzar el plátano y, sin entender por qué, será hinchado a hostias por los demás. 7. Reemplazamos ahora uno de los viejos monos por otro nuevo. Este será hinchado a hostias también y el mono introducido justo antes que el será precisamente el que más fuerte le pegue. 8. Continuamos el proceso hasta cambiar los 20 monos originales y que queden únicamente monos nuevos. 9. Ahora ninguno intentará subir la escalera y, más aún, si por cualquier razón a alguno se le ocurre pensarlo, éste será inmediatamente masacrado por el resto de los monos; y lo peor es que será sin motivo alguno y sin que ninguno de los monos tenga la menor idea del porqué de la paliza. Y así, queridos amigos, es como nace la "cultura", y su más excelsa expresión: la Tradición.”

Fin de la historieta

Y así deambulamos, confortablemente perdidos en una maraña de costumbres, por este azaroso mundo, intentando comunicarnos con un lenguaje que no significa lo mismo para todos; con unas metas que no sabemos muy bien si responden a las frustraciones de nuestros padres, a las propias nuestras, o a las de la sociedad “bien-pensante” que tiene la manía de querer prefabricarnos la vida; sintiendo vergüenzas y remordimientos que no tendríamos que sentir; ahogándonos en nuestras habladurías y en la acelerada obsolescencia del mundo que se nos ofrece, pero que nos dispensan de asumir la tremenda responsabilidad de nuestro propio proyecto. En fin, el Hombre, un ser perdido del sí-mismo, de su êthos, enajenándose en el mundo.

Una aclaración se impone para justificar el despectivo tratamiento dado a esta inclinación natural del Hombre a sumirse en el mundo. En realidad sólo se trata de una argucia retórica para hacer más evidente la otra inclinación, igual de natural, aunque más oculta y sin embargo más primaria, de buscar su coherencia interna, de auto determinarse, de elegir su destino. Para el cultivo de esta otra inclinación también va a hallar en el mundo y en los otros, las herramientas, las ayudas y los materiales necesarios. Esta inclinación sería tan susceptible de caricaturización como la primera. Lo que en este punto quiero expresar es que no se trata de oponer un vil mundo consumista y reclamativo en el que el Hombre se pierde, frente a un mundo interior o divino, mágico, verdadero a fuerza de subjetivo, en el que el Hombre se encuentra consigo mismo. Más bien se trata de evidenciar las dos actitudes básicas que el Hombre puede ejercer, estando en el mundo, porque en ellas radica la consustancial ambigüedad del ser humano. Ambigüedad que, por otra parte, se retroalimenta interiormente con una dialéctica constante entre esos dos polos en tensión, produciendo como resultado la trama de la vida humana.

En nuestro universo masónico estos conceptos equivaldrían a los de Mundo Profano y Mundo Sagrado (Templo). Nuestros ritos nos enseñan que debemos complementar estos dos mundos en una unidad de vida; así es como debemos entender que la recomendación, al finalizar la tenida, de continuar en el mundo profano el trabajo que hemos empezado en el templo; o la otra de dejar los metales fuera del templo para recogerlos a la salida.

Así pues, en esta segunda razón, dos complejidades que se alimentan mutuamente porque la una es reflejo de la otra. Dos complejidades que no podemos evitar, sean cuales sean los modos de vida y culturas reinantes y frente a las cuales es lícito que el Hombre reaccione intentando gestionarlas.

Esto es precisamente lo que procura la Masonería a través de dos propuestas prácticas. Primera, desarrollando toda una pedagogía del silencio para que nuestro ser emerja del fondo de nosotros mismos y no quede oculto por el ruido. De esta manera, las raíces de nuestras motivaciones quedan más evidentes como emergencias volitivas de esa originalidad buscada que nosotros llamamos piedra o secreto, y que, poco a poco va perfilándose. Segunda, con la práctica de una hermenéutica de los símbolos para pasar a una hermenéutica de la Vida.


Tercera razón:


LA MASONERÍA ES MÁS NECESARIA QUE NUNCA PORQUE LOS RETOS QUE TIENE ANTE SÍ LA HUMANIDAD NO TIENEN PARANGÓN CON SITUACIONES ANTERIORES Y POR LO TANTO EL DEBATE ÉTICO TIENE QUE REPLANTEARSE MÁS QUE NUNCA EN TÉRMINOS DE UNIVERSALIDAD.

Pienso que el mundo de nuestros días viene determinado por cuatro líneas de acontecimientos que interactúan entre sí, y que se desarrollan con una gran autonomía respecto de las voluntades políticas o de los intereses generales. Son como grandes jinetes cuya figura aún anda definiéndose entre apocalíptica o caballeresca. Me refiero al crecimiento demográfico, el deterioro ecológico, el vertiginoso desarrollo tecnológico y la globalización. El régimen de cambios sociales, de mentalidades, de hábitos, de gustos y formas de vida, es tan acelerado que en pocas décadas tendremos instalada sobre la faz de la tierra una civilización que tendrá muy pocos parecidos con lo que hoy conocemos.

Y, sin embargo, el humano del mañana tendrá la misma estructura ontológica que el de hoy, y todo lo que será mañana se encuentra contenido en las posibilidades que hoy ya tiene ante sí. Todo dependerá de su sabiduría para escoger aquellas posibilidades que lo conduzcan a una vida con mayores oportunidades para la felicidad y menores tasas de sufrimiento. Para ello deberá centrar su desarrollo, como individuo y como grupo, en tres habilidades humanas, y en ellas radican nuestras propuestas de trabajo:

1) una creatividad que permita emprender el desarrollo integral y sostenible de los pueblos, DE TODOS LOS PUEBLOS.

2) una capacidad negociadora y mediadora que permita alcanzar acuerdos hacia nuevos sistemas éticos de aceptación universal y

3) una solidaridad inquebrantable con la vida.

Creo que si sabemos sobre-izarnos sobre estas potencialidades humanas conseguiremos transfigurar a nuestros jinetes apocalípticos en buenos aurigas que tiren del carro del progreso.

Para el masón, estas propuestas no son más que la extensión de su propio método de trabajo y de los valores sobre los que este se asienta: solidaridad, trabajo, libertad para construirse.

Este modelo de convivencia que es una Logia constituida en CENTRO DE UNION nos puede servir de inspiración para orientar la construcción de una sociedad que, protegiendo el florecimiento y respeto de las diferencias garantice que ninguna de ellas se erija en predominante y se adjudique privilegios. En definitiva estoy hablando de una sociedad LAICA entendiendo la laicidad, no como una práctica anticlerical (con la que desgraciadamente se confunde a menudo) sino como una definición normativa de alcance universal donde todo aquello que sea constitutivamente valido para el ser humano, incluido el cultivo del sentimiento religioso, cada uno en su forma y medida, sea respetado e incluso protegido.

En un mundo que corre hacia una globalización brutal, donde la multiculturalidad será probablemente uno de los factores que más transforme el tono de nuestra vida cotidiana, pienso que la capacidad mediadora que subyace en el método masónico cobra una especial vigencia que no podemos permitirnos desdeñar en un escenario tan explosivo como el que estamos viviendo, en el cual, si la masonería pretende mantener su vocación mundialista es evidente que tendrá que seguir trabajando en pos de la instauración de valores transculturales que todos los protagonistas puedan aceptar de partida, y esto deberá pasar obligatoriamente por un ejercicio de mediación cultural que lleve implícito la revisión de nuestras creencias más profundas y de nuestros apriorismos más ocultos.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Me autodenomino LIBREPENSADOR, ya que sigo el pensamiento de JOHN STUART MILL, cuando en su libro SOBRE LA LIBERTAD (1859)dice: SI TODA LA ESPECIE HUMANA NO TUVIERA MÁS QUE UNA OPINIÓN, Y SOLO UNA PERSONA TUVIERA LA OPINIÓN CONTRARIA, NO SERÍA MÁS JUSTO EL IMPONER SILENCIO A ESTA SOLA PERSONA, QUE SI ESTA SOLA PERSONA TRATARA DE IMPONÉRSELO A TODA LA HUMANIDAD, SUPONIENDO QUE ESTO FUERA POSIBLE.