Para hacerse una idea verosímil sobre la masonería, es necesario decir, que no existe una única doctrina masónica; las opciones son múltiples, y la mayoría de ellas enfrentadas entre sí.

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Saki dijo...
Estimados Millán y ex-buscador: Llevo unos 27 años en masonería y aunque mi experiencia ha sido en su conjunto muy positiva, reconozco todos los elementos de frustración y decepción que ex-buscador relata en su texto crítico sobre la masonería. Mi conclusión es que la masonería, como el matrimonio, la amistad, o la empresa y tantas otras cosas humanas -todas- está siempre expuesta al fracaso y a la decepción. Es más en el ritual masónico del tercer grado el propio simbolismo nos advierte cruelmente de esa segura decepción y nos da una pista de cómo pasar por encima de las miserias que habremos de encontrar. De todas formas no me atrevo a dar lecciones a nadie, yo también, me limito a contar mi propia experiencia.
30 de diciembre de 2008 14:52
Recién creada, la masonería ya se escindió en dos "obediencias"; en nuestros días, perviven multitud de ellas, que utilizan algunos de los 145 ritos existentes, en los cuales los grados masónicos, oscilan (además de aprendiz, compañero y maestro) entre 3 y 92.
Cada obediencia, tiene a su vez su "gran consejo simbólico", que podemos -con mucha imaginación- equiparar a una Cámara Legislativa, con lo cual, es obvio que la "legislación" que promulgan es muy dispar; de ahí que ellos mismos suelan preguntarse: ¿qué es la masonería?.
Dilucidarlo no es fácil, ya que así como es correcto referirse a la masonería operativa (la de los antiguos albañiles y picapedreros de la Edad Media), cómo una única Masonería, es incorrecto -además de falaz-, atribuir esa singularidad a ninguna de las múltiples versiones que en la actualidad se autodenominan como masonería.
Y ello, dado que la creación en 1717 -con las Constituciones de Anderson y Desagüliers- de la que en nuestros días se denomina a sí misma como "masonería especulativa", produjo rápidamente -apoyándose e invocando siempre dichas Constituciones- múltiples y diversos planteamientos prácticos e ideológicos, que con el correr del tiempo continuaron alumbrando nuevas desviaciones y variaciones de la idea original y, buena prueba de ello son los citados 145 ritos masónicos distintos e incluso antagónicos entre sí, que existen en la actualidad.
Cada obediencia, tiene a su vez su "gran consejo simbólico", que podemos -con mucha imaginación- equiparar a una Cámara Legislativa, con lo cual, es obvio que la "legislación" que promulgan es muy dispar; de ahí que ellos mismos suelan preguntarse: ¿qué es la masonería?.
Dilucidarlo no es fácil, ya que así como es correcto referirse a la masonería operativa (la de los antiguos albañiles y picapedreros de la Edad Media), cómo una única Masonería, es incorrecto -además de falaz-, atribuir esa singularidad a ninguna de las múltiples versiones que en la actualidad se autodenominan como masonería.
Y ello, dado que la creación en 1717 -con las Constituciones de Anderson y Desagüliers- de la que en nuestros días se denomina a sí misma como "masonería especulativa", produjo rápidamente -apoyándose e invocando siempre dichas Constituciones- múltiples y diversos planteamientos prácticos e ideológicos, que con el correr del tiempo continuaron alumbrando nuevas desviaciones y variaciones de la idea original y, buena prueba de ello son los citados 145 ritos masónicos distintos e incluso antagónicos entre sí, que existen en la actualidad.
Por esa disparidad de normas y criterios tan distintos para definir qué es la masonería, en las logias, surje una y otra vez y se manifiesta -a veces con agresividad dialéctica- la necesidad de replantear y redefinir el término masonería.
Las opciones que predominan, tanto en las Obediencias, como dentro de las logias, son -entre otras- las siguientes:
* La politizada, que puede ser de cualquiera de las ideologías del arco parlamentario, aún cuando predomina la de izquierda.
* Esotérica.
* Iniciática o tradicional.
* Agnóstica.
* Atea.
* Teístas creyentes en un principio divino.
Estos últimos, junto a los esotéricos e iniciáticos (cada uno a su aire), pretenden convertir a la masonería -la suya- en otra religión, que les facilite la búsqueda de sentido en sus vidas.
En mi opinión, y quizás sin ser conscientes de ello, los masones vienen practicando un método post moderno. Me refiero a la transversalidad; y así les va. ¿Será que no conocen que ya estamos en la post-postmodernidad?.
A su vez todas esas opciones, pueden unirse o enfrentarse de nuevo, según sean partidarias de la masonería intimista y secretista ó de la pública, ésta opción conlleva el darse a conocer, incluso identificando los lugares de sus sedes. En ese debate la masonería española, lleva treinta años.
Partiendo de esa diversidad de concepciones, las logias suelen ser "campos de batalla", entre concepciones enfrentadas sobre que tipos de actividades podría o debería desarrollar la masonería.
En una de las últimas Tenidas a que asistí, solicité el uso de la palabra, para decir que según mi percepción, actuábamos como la esposa de Ulises: durante la noche destejíamos lo que habíamos tejido el día anterior. Me sentí obligado a ésa intervención, ya que venía presenciando que si en una Tenida, se tomaba un acuerdo para iniciar algún tipo de acciones, -que se encontrara entre los postulados de la masoneria- en la Tenida siguiente ya nadie se acordaba de ello.
Esa fue la enésima prueba que tuve, de que en la masonería todo es retórica, ya que entre sus principios, no incorpora ninguna teoría de la acción que se conecte con la ética o con otros valores universales, por lo que es vacua e incluso puede ser dañina, para quienes la creen, de ahí que me parezca una retórica perversa.
Si a priori te crees esa retórica, después te sorprenderas desagradablemente al comprobar que en ésa organización no se encuentran los valores que pregonan. Para comprobarlo, sólo tienes que esperar a que se desate algún conflicto, y podrás verificar -en mi caso con enorme estupor- que se olvidan de todos esos valores, y actúan como cualquier hijo de vecino, incluso lo hacen contra valores que dicen sustentar, si están en juego sus intereses personales, referidos al patético poder que detentan.
Por supuesto, con mi interpelación yo buscaba la participación. Después me percaté que ellos tienen asumida la pertenencia. En la participación lo importante son los objetivos que se pretenden lograr por medio de la acción del grupo; con la pertenencia, lo que cuenta es ser del grupo, aún cuando éste no tenga ningún objetivo de los que teóricamente se ha dotado en sus principios. En muchos casos, con la pertenencia se fomenta el fanatismo y el dogmatismo.
Afortunadamente mi postura fue siempre crítica con los hechos y al mismo tiempo, respetuosa con la pertenencia; postura que comenzó a rendirme frutos muy pronto y que a la postre, me ha permitido valorar los hechos y actuaciones que no se correspondían en absoluto con cuanto proclaman, pues, están alejados de la ética, ayunos de tolerancia y especialmente lejos de un valor que entiendo básico y elemental, para poder cimentar cualquier convivencia, me refiero al respeto.
Quizás, para estructurar la transversalidad de sus miembros (los primitivos talleres de maestros constructores, obviamente no tenían ése problema), podrían transformarse en algún tipo de ONG, de Tertulia Literaria, Café Filosófico, etc.; es decir, en cualquier organización que tuviera alguna utilidad para los demás y para los propios masones.
Yo creo, como en algún sitio he leído que: en las creencias, no cuenta si son verdaderas o falsas, lo importante es si son beneficiosas para la vida y la felicidad de sus miembros.
Todos los ex-miembros de esa organización, hemos vivido las evidencias de que la masonería no tiene nada que ofrecer, y quizás ahí está una de las claves de su obsolescencia.
Me refiero a que cuando la masonería fue creada, quizás fue un vehículo útil para educar y enseñar oficios a sus miembros. Sin embargo, esas funciones -como ya he dicho-, desde hace mucho tiempo las ofrecen el Estado y la sociedad, con sus sistemas de enseñanzas regladas.
La génesis de su obsolescencia, está quizás en que abandonaron su compromiso con aquellos valores que podrían llevarles a mejorar la vida, a disminuir la injusticia y las desigualdades intolerables que se dan en nuestra sociedad. Es decir, son la antítesis de aquello con que se identifican sus orígenes, me refiero a los maestros constructores del gótico, cuyas hermandades sí se basaban en esos principios. Cuándo dejó de hacerlos suyo la actual masonería, no lo sé. Lo cierto es que asumir esos principios, obliga a quién los asume para ofrecerlos a los demás. La masonería está enrocada en sí misma, y sólo se dedica a mirarse el ombligo.
Al desaparecer la masonería operativa y, transformarse -para seguir vigente- en especulativa, ésta se mantuvo activa hasta tanto se extendieron por la geografía europea, las Facultades de Humanidades que ofrecieron para todos, lo que antes la masonería reservaba a unos pocos.
Es decir "venden humo" y, ellos lo reconocen formalmente, cuando dicen que: cada vez son menos las personas que se interesan por la masonería...y que es perentoria la necesidad que tienen de definirse institucionalmente, y saber que pueden y quieren hacer en nuestra sociedad.
Las anteriores negritas, son las declaraciones a una entrevista en Internet, que aparece en un blog -www-solotxt.com/opinatio/web1/data/it-masonería-htm- de quién dice ser Pasado Gran Orador de la GLSE, José Luis Cobos, alto cargo masónico, a juzgar por las medallas y bandas con que se adorna en la fotografía.
En mi opinión, no les será fácil -habría que conocer si verdaderamente quieren intentarlo- que lleguen a definirse ni saber que pueden hacen en nuestra Sociedad. Y digo esto, porque puedo testimoniar que los masones no admiten ni la crítica, ni la creatividad, ni la disidencia de pensamiento -a pesar de que se proclaman librepensadores- y, ello porque se han anclado en el dogmatismo, ya que pretenden seguir manteniendo en nuestros días, la estructura estamental de la primitiva masonería. Esta es otra de las causas de porqué han perdido vigencia.
Ante esa indefinición, todas las Obediencias (federaciones de logias en argot masónico), y hay muchas (ellos mismos dicen: tres masones, cuatro obediencias) para definir la masonería, siguen proclamando -sin ruborizarse- los mismos postulados que tenían los talleres de constructores de catedrales y, para evitar la argumentación de obsolescencia, lo explicitan simbólicamente; claro que con su peculiar interpretación del simbolismo, como ya ha quedado expuesto en el capítulo anterior.
Para reforzar mis reflexiones en este blog, transcribo unos párrafos de un libro, cuyo autor es Pedro Riba, que se titula "Buscando la verdad", editado por Club de Autores, Barna 1998.
La masonería actual no ha sabido dar una respuesta adecuada, pues los neófitos que se adhieren, pagan a esta organización grandes cantidades a cambio de nada. Por otra parte, la política de ingresos está más basada en la cantidad que en la calidad de los nuevos miembros.
Frente a otras corrientes, la masonería actual carece de una clara y concreta ideología.
La masonería tampoco ha sido capaz de ofrecer algo que demanda la sociedad actual; un conocimiento a través de una enseñanza práctica y continuada.
La masonería ha perdido su mensaje de instrucción iniciática, y si este perdura en alguna logia, está completamente desfasado con las nuevas tendencias evolutivas y de crecimiento interior de la nueva psicología.
Es evidente que después de 300 años desde su fundación, han perdido su razón de ser y no encuentran "su lugar al sol".
Pues bien, a pesar de tantas evidencias y de sus propias declaraciones, es preocupante que los masones continúen induciendo, a las personas bien intencionadas, que se les acercan, mediante su metafísica delirante (que puedes leer en sus páginas web), a creer en sus leyendas simbólicas y esotéricas, con las que sin explicitarlo abiertamente, pretenden introducirles en su utópica concepción de la realidad.
Esa intencionalidad se hace patente, cuanto te percatas, que tanto en sus enseñanza, como en su simbolismo y rituales, explicitan veladamente, que con ellos y mediante su método masónico, el conocimiento de sí mismo no tiene límites.
Es increíble que no asuman la omnipresencia del error en el ser humano y, por tanto la imposibilidad del conocimiento ilimitado de nada. Claro que esta es una postura situada en el racionalismo crítico, método -este sí- de pensamiento muy alejado de todo cuanto hacen o dicen en masonería.
Toda ése cúmulo de decepciones sobre una organización que se vende como algo distinto de los partidos políticos, de las ONGs y de las religiones, se produce al percibir que no tienen ninguna de las ventajas de aquellas, y si los inconvenientes de todas. De ahí mi decisión de separarme de esa organización, antes de lo cual intenté dejar patente con mis intervenciones en las últimas Tenidas, cuanto aquí estoy diciendo.
Estas reflexiones, que condujeron a mi separación voluntaria (simplemente dejé de asistir a sus Tenidas), sólo deben entenderse como un "aviso a mareantes", y desde luego sin ánimo de hacer desistir a priori a nadie. Sólo deberían entenderse en la sana intención de que los posibles interesados en la masonería, dispongan de información sobre la otra cara de la moneda; obviamente cada quién cuenta la feria como le va, en mi caso, lo he contado con mi mejor saber y entender.
Por otra parte, y como digo en el frontispicio de este blog, no es masonería, es masonismo,ya que quiéranlo o no, el sufijo "ismo" se utiliza como adhesión a una doctrina o a un partido, de ahí que la masonería nunca lo emplee y, además repudie (explicatio non petita, acusatio manifiesta) su utilización, cuando dice: "La masonerïa no se define a sí misma como un ismo, masonería no es masonismo". Definición de la masonería en el diccionario Akal de Francmasonería, cuyo autor es Juan Carlos Daza, que hacen suya todas las Logias masónicas de España, como es posible verificar en todas sus publicaciones y en sus páginas web.
Sin embargo, ellos hablan de su "método" -eufemismo de doctrina y filosofía masónica-; luego entonces no es masonería, es masonismo y, quizás si lo admitieran encontrarían la definición que tan afanosamente están buscando.
Y para terminar, me apetece decir, que todas las horas que he dedicado al masonismo, han sido LLEVADAS AL MATADERO DE LAS HORAS PERDIDAS, como tiene escrito el maestro Ortega y Gasset, quién, obviamente, no se refería al masonismo.
Y la siguiente fotografía, en mi oponión, es el símbolo que mejor le cuadra a la "vigencia masónica".
Y la siguiente fotografía, en mi oponión, es el símbolo que mejor le cuadra a la "vigencia masónica".

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P/S:
En el blog masónico, http://www.colectaneamasonica.blogspot.com/ y con el titulo de entrada "Fracaso", han publicado esta "Vigencia de la masoneria" , que ha originado en dicho blog, los siguientes comentarios:
millan dijo...
Buenas noches.Un artículo que me ha encantado leer. Si me lo permite, creo que es realmente honesto. Enhorabuena. Soy un interesado en la Masonería pero sólamente he leido algunos libros divulgativos y he visitado algunas páginas en Internet. El suyo es un comentario que creo complementa muy bien las informaciones que tenía hasta ahora, y por ello le doy las gracias. Creo que su Logia ha perdido un miembro muy valioso. Sólo me queda una curiosidad, y es la de saber si usted cree que en su experiencia ha influido más su Logia concreta (es decir, las personas que la integran) que La Francmasonería en sentido amplio. En cualquier caso, enhorabuena. Gracias por su tiempo.Millán García
7 de diciembre de 2008 18:59
Un ex-buscador...quizás circunstancial. dijo...
Experiencia fracasada, NO. Sirvió para conocer a la masoneria en su día a día y, para contrastar las diferencias que existen con cuanto proclaman. Saber cuesta tiempo y dinero, ésto último sobretodo.
Buenas noches.Un artículo que me ha encantado leer. Si me lo permite, creo que es realmente honesto. Enhorabuena. Soy un interesado en la Masonería pero sólamente he leido algunos libros divulgativos y he visitado algunas páginas en Internet. El suyo es un comentario que creo complementa muy bien las informaciones que tenía hasta ahora, y por ello le doy las gracias. Creo que su Logia ha perdido un miembro muy valioso. Sólo me queda una curiosidad, y es la de saber si usted cree que en su experiencia ha influido más su Logia concreta (es decir, las personas que la integran) que La Francmasonería en sentido amplio. En cualquier caso, enhorabuena. Gracias por su tiempo.Millán García
7 de diciembre de 2008 18:59
Un ex-buscador...quizás circunstancial. dijo...
Experiencia fracasada, NO. Sirvió para conocer a la masoneria en su día a día y, para contrastar las diferencias que existen con cuanto proclaman. Saber cuesta tiempo y dinero, ésto último sobretodo.
Amigo Millán García:Sí, influyeron las personas y su catadura moral, pues, su praxis estaba en las antípodas de todo cuanto retóricamente proclaman. En mi blog, he escrito, que espero que "en algún lugar exista alguna Logia auténticamente masónica", me alegraría, pero permítame que lo dude.Gracias a tí por leerme.
30 de diciembre de 2008 10:10
Comentario suprimido
Un administrador del blog ha eliminado esta entrada.
30 de diciembre de 2008 10:16
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30 de diciembre de 2008 10:16
Saki dijo...
Estimados Millán y ex-buscador: Llevo unos 27 años en masonería y aunque mi experiencia ha sido en su conjunto muy positiva, reconozco todos los elementos de frustración y decepción que ex-buscador relata en su texto crítico sobre la masonería. Mi conclusión es que la masonería, como el matrimonio, la amistad, o la empresa y tantas otras cosas humanas -todas- está siempre expuesta al fracaso y a la decepción. Es más en el ritual masónico del tercer grado el propio simbolismo nos advierte cruelmente de esa segura decepción y nos da una pista de cómo pasar por encima de las miserias que habremos de encontrar. De todas formas no me atrevo a dar lecciones a nadie, yo también, me limito a contar mi propia experiencia.
30 de diciembre de 2008 14:52